24.10.08

Kei y Shinji (IV)


Cuando Hiro se separó de Shinji, éste echó a correr. Hiro gritó:
- ¡Tío, no seas crío! ¡No se lo cuentes a nadie!

Pero Shinji no escuchaba. Solo corría a buscar a Kei, aquél beso le había quemado la boca, y ahora los remordimientos corrompían toda la inocencia que quedaba en su ser, haciéndole pensar cosas horribles sobre sí mismo.

Las lágrimas anegaban los ojos de Kei, y se lanzaban alegremente suicidas por sus blancas mejillas para morir contra su pecho y sus hombros.

Sus pensamientos, aquellas imágenes de su novio besando a otro, le asaeteaban la mente una y otra vez... Así que corrió hasta el baño más cercano, abrió el grifo, y se lavó la cara.

Miró largamente su imagen en el espejo, y una furia interna, como un torrente de lava, inundó todo su cuerpo, y lo hacía sentir cada vez más y más acalorado.

Decidió terminar con aquello, y le dio un puñetazo a su reflejo en la cara, con todas sus fuerzas.


El espejo se quebró, y Kei notó un agudo dolor punzante en el puño. La sangre resbalaba por el lavabo, formando macabros dibujos informes sobre el agua.

La herida era profunda, saltaba a la vista. Kei se dio cuenta de ello, y tras quitar las astillas de cristal más visibles de la herida, se enrolló la mano en la cazadora y corrió hasta la secretaría.
Allí gritó de dolor hasta que un profesor corrió en su ayuda y lo llevó al médico.


Mientras tanto, Shinji pateaba furiosamente una lata en el lateral del instituto.
Se odiaba, ¿cómo podía haberle hecho eso a Kei, al hombre que lo cautivó con una sola mirada?
Era imposible, no era culpa suya, intentó convencerse.

Pero cada palabra que resonaba en su mente le parecía más falsa que la anterior, más mezquina y más ruín. Y se odiaba más, y lo pagaba con la lata.


4 horas más tarde decidió que era suficiente y salió del instituto saltando la verja. Corrió a la cabina más cercana y llamó al móvil de Kei. No contestó, y tras 4 intentos dejó un mensaje:

- Cielo, soy yo... Necesito verte. ¿Dónde estás? Te has ido sin decir nada... Necesito verte, llámame y quedamos esta tarde. Te quiero.

Habían pasado horas desde que le dejó el mensaje, y empezaba a estar asustado, cuando recibió un mensaje en el móvil:

"
Stoy 1pko mal, asiq hoy no kero kdar, pro mañna ns vmos n la vieja ksa q hay crca dl park. Kei".

Shinji se sintió mucho mejor, y se dirigió de camino a casa. Y entonces vió aquello en la puerta.

Forgiven Princess

Strange


Estoy pasando una época un tanto extraña. Y en las épocas extrañas, pasan cosas extrañas, y sientes cosas extrañas, y también las sufres... Veréis, paso de ser superwoman un día a una potencial clienta de psicólogo el siguiente. Sí, serán cosas de la edad. Todo es de la edad. Así que hablaremos de cosas de la edad (no sé si habrán más entradas de estas).

El caso es que, hablando con mis compañeros de clase (somos como la tríada, pero de 4 xD), siempre surgen temas relacionados con el sexo.

Tal vez sea normal, cabría esperar, puesto que los 3 son chicos de mi edad. Teóricamente, como soy una chica, debería rehuir de estos temas, porque ''las señoritas no hablan de
eso'', y todo ese machismo oculto tras un halo de decencia y vergüenza.

Lo cierto es que cualquiera que nos oyese hablar fliparía. Veamos varios ejemplos:

- Hicimos un ranking sobre las chicas de 1º de Bachillerato. Lo sé, es horrible. Pero tuve mi castigo, al ver como un colega me decía: bueno, estás en el topfaif. Yo puse cara de WTF, y él me dijo: ¿qué? Si sabes que estás buena, no me mires así... (mi reacción fue pegarle, claramente justificado).

- Hicimos encuestas absurdas del tipo: ¿Qué es lo primero que piensas si te dicen que tu novia[solo preguntamos a chicos hetero, y a mí] es bisexual? De 20, 16 contestaron: Trío. Otros 3 dijeron: Pues... no sé... mola. Y el otro dijo: Me suicido. [pregunta-respuesta:
¿sabes qué es una chica bisexual? respuesta: no respuesta-respuesta: es una chica a la que le gustan los chicos y las chicas. ¿ahora qué contestas? respuesta: eeeeh, que a mí no me molan los tíos!!].

Y dejémoslo ahí, que son muchos muchos más. Bueno, pues en una de esas, discutíamos sobre si era más fácil quitarle el pantalón a un chico o a una chica, para llegar al ''asunto''. Ellos decían que era igual, que se llegaba igual de rápido. Y la voz discordante, yo, dijo que no. No, porque yo tardé 1 minuto, y él tardó 15 sin resultados óptimos. Y en lugar de pensar: ¿quién es el pardillo que tras 15 minutos no le ha conseguido quitar o semiquitar el pantalón? Tiene lugar la siguiente conversación:

Ellos: Pfff... ¿Tardaste un minuto? Yo me lo quito en 5 segundos!
Yo: Ehmm... Vale, es el pantalón de otra persona... ¬¬
Ellos: Joer, ¿tanto? En serio, se hace en menos.
Yo: Sí, a ver, ¿cuánto has tardado tú?
Ellos: Pues... Déjame y te lo demuestro.
Yo: Si arrimas tu o tus manos a la cremallera de mi pantalón, estás muerto.

Tras esa dicen: Bueno, pues se tardará lo que se tarde, pero en quitar el sujetador no se tarda nada.
Y mi compañero de mesa me abraza sin venir a cuento. Yo lo abrazo, hasta que me doy cuenta de que está peleando con el cierre. Tras separarlo y decirle: qué coño crees que haces, él contesta: joder, pues no se quita tan rápido, ¿eh?

Claro, podía cabrearme, hacer que lo amonestaran, etc. Pero teniendo en cuenta que es quien es (uno de mis mejores amigos desde que levantamos del suelo), me reí y procedí a explicarles: cómo se desabrocha un sujetador en menos de mil años. Diox, qué soberano descojone.

Es que son unos personajes... Pero qué le voy a hacer, los quiero :D

¿Ha quedado absurdo? Supongo... Bah, no sé, me da igual. Tenía ganas de escribirlo.

Forgiven Princess

P.D: En la foto, Paramore

22.10.08

Para...


Por estar SIEMPRE ahí cuando me haces falta.
Por tardar 0 coma en contestar a mi reclamo.
Por escucharme, comprenderme y apoyarme, en todo
Por luchar a mi lado en las batallas más duras.
Por aconsejarme y enseñarme aquello que no conocía.

Por todo eso, y mucho más...

MUCHÍSIMAS GRACIAS

Forgiven Princess

19.10.08

Meme from Mota


Motagirl2 me ha nominado para hacer un meme. Siendo domingo, y tras una derrota ayer, me dispongo a hacerlo...

Bueno, la cosa es simple: 6 pequeñas cosas corrientes que te hagan feliz.
Como recompensa, la posibilidad de condenar a 6 desprevenidas víctimas.
Sin orden ninguno...

- Las bebidas calientes (que no son leche). Café, chocolate, té... Soy feliz con poco.

- Una charla interminable con una persona inteligente y agradable.

- Crear. Crear algo. Una historia, una canción, una imagen... Crear.

- Un buen beso y un abrazo reconfortante.

- Ganar dándolo todo.

- La noche. Luna llena en un cielo semi nublado, en el que no hay estrellas y parece un faro único. O al contrario. Una noche estrellada en buena y silenciosa compañía.

Y los incautos que (en teoría) harán el meme...
Weblara
Carabiru (la confianza da asco, ¿eh? xD)
Trepamuros
Olivia
Viki
Las Ruvis

¡Mwahahaha!¡Florecillas mías, correr y vengaros!

Forgiven Princess

En la noche


Refúgiate en la noche, oculto entre las sombras. No te resultará difícil hacerlo. Nadie te echará de menos, eres así de afortunado. No dejas viuda, ni amigos, ni hijos, ni trabajo... No dejas ni una casa, ni siquiera un alquiler o una cuenta por pagar. No dejas rastros tras de ti, porque tu existencia es banal. Nadie se ha preocupado nunca por ti, nadie irá jamás a preguntarte qué tal estás o cómo fue la visita del médico. No se acordarán de que existes.

Todos los gatos son pardos en la noche, y aunque no eres un gato ni eres pardo, sabes que podrás esconderte. Serás igual que cualquier otro desarrapado de medio pelo que camina errante entre las calles de esta gran ciudad.

Doblas esquinas rectas, jugueteas con los coches, deseando inconscientemente que algún mal nacido te mate bajo las ruedas de su coche de niño pijo. No eres nadie.

Le hablas al cuello de la botella de ron, y la botella te grita con su olor, alcoholizando tu nariz con su aroma. Te ríes borracho, y algún que otro peatón esquivo pasa a toda velocidad junto a ti. No eres nada, no eres nadie.

Sigues caminando, cariñoso con el mobiliario urbano. Las farolas te insultan, porque no dejas de manosear su recién pintado cuerpo. Y hulles, avergonzado y atemorizado por las naranjas luces amenazadoras que se vuelven hacia ti cuando pasas.

Y corres, corres mucho, para huir de esas luces... Y sin querer, llegas ahí. Sabías que llegarías, porque era tu destino. Sopla un suave viento, que agita ligeramente tu sucio pelo. Te rascas la barba de semana y media, y después te pasas la mano por el cabello en un vano intento de alisarlo y devolverlo a su sitio. Eres patético. No eres nada, no eres nadie.

Sabes qué hay que hacer, y piensas hacerlo. Subes a la barandilla, y apoyas tu mano derecha en el armazón del puente. Tu chaqueta se revuelve con el aire, y te da un aire peliculero que no crees merecer. Eres triste, eres patético. No eres nada, no eres nadie.

Abres los brazos, y silenciosamente deseas que ese viento que te da un aspecto ridículo se lleve consigo tus problemas, tu locura. Y sonríes desalentado, porque sabes que no funcionará. Eres realista. Eres triste, eres patético. No eres nada, no eres nadie.

Y con las mismas, decides terminar con todo de una vez, que ya estás bastante bien jodido como para que te viese alguien e intentase ayudarte a no hacerlo, a ''recuperarte''... Otra vez.

Entre las oscuras nubes, encima del viejo puente sobre la nacional, la luna susurra a un suicida:
''Estás muerto. Fuiste realista. Fuiste triste, fuiste patético. No eras nada, no eras nadie''.

Forgiven Princess

17.10.08

Kei y Shinji (III)


Durante las siguientes semanas su rutina fue esa misma. En los recreos Shinji se deshacía de sus amigos con una excusa manida y burda, pero teóricamente creíble, y corría al lateral del centro junto a Kei. Hablaban sobre todo, sin pudor alguno que impidiese la máxima sinceridad entre ambos.

Después entraban por separado a clase, y se ignoraban mutuamente durante las horas que les restaban en el centro. Al salir, se dedicaban un suntuoso y sugerente juego de miradas, pero nunca quedaban fuera.

Hasta aquél día. Fue un martes a mediados de diciembre, en plenos exámenes trimestrales. Shinji estaba en la cantina, en una clase libre, haciendo un problema muy complicado de física, cuando notó que alguien se inclinaba sobre él y respiraba suavemente sobre su oreja derecha:

- ¿Necesitas ayuda?

Shinji se giró, y allí estaba Hiro, su mejor amigo desde la escuela. La pregunta era muy inocente y lógica, pero la manera de hacerla...

- N-no... No, gracias - Sonrió Shinji-.
- Bueno, pues si no necesitas ayuda, ven a dar una vuelta, quiero hablar contigo.
- Ehm... Vale, espera dos minutos, termino estoy y vamos - cada vez se sentía más inquieto por las extrañas palabras de su amigo-.

Shinji terminó, aún a sabiendas de que le faltaban un par de apartados por resolver, porque lo repasaría más tarde en casa. Recogió sus cosas y las metió en la bandolera que llevaba para ir a clase, y siguió a Hiro por el patio.

Llegaron hasta las pistas deportivas, y durante el trayecto habían caminado en silencio, mientras Hiro tiraba suavemente de la mano de Shinji. Al llegar allí dejaron las cosas en un banco y pasearon cerca de la verja metálica colocada para evitar que los balones saliesen de las pistas.


- Shin, tengo algo que decirte... Se lo diría a los chicos, pero no creo que lo comprendan... A ti te conozco desde hace mucho más, y siempre confié plenamente en ti... Te aprecio muchísimo, tío...
- Venga, Hiro, déjate de rodeos, que tengo un montonazo de cosas por estudiar, y lo sabes...

Hiro acercó su cara a la de Shinji, quien ya temía lo que iba a pasar a continuación. Y efectivamente, Hiro besó a Shinji. Se lo esperaba, pero no podía creerlo. Jamás habría pensado que Hiro fuera gay. Era el típico guaperas de pelo y músculos perfectos que se traía de calle a las chicas, y que era perseguido por una auténtica marabunta de chiquillas en los pasillos y las discotecas.

Además, creía conocer muy bien a Hiro, y pensó que algo así lo habría notado tiempo atrás... ¿No existía algo así como un sexto sentido para reconocerse entre ''ellos''? ¿Por qué con Hiro no había funcionado? ¿Y por qué tampoco con Kei? ¿Sería Shinji un gay inepto para encontrar a más como él?

Con todas aquellas dudas asaeteando su mente, el pensamiento del chico corría como una anciana que viese al mismísimo diablo en su cocina, y las ideas y conjeturas eran hechas y rechazadas en menos de una centésima de segundo.


Hiro seguía cerca de su cara, respirando sobre sus labios aún húmedos del beso, mientras Shinji estaba completamente bloqueado pensando cómo no se habría dado cuenta antes de aquello.

Y, desde la alambrada, unos ojos observaban la escena entre una cortina de lágrimas, y aquel verde intenso pareció morir un poquito en ese momento.

Forgiven Princess

14.10.08


Es verdad. Flipo pero mucho. Vamos, tengo una clase de tocapelotas de mucho cuidado, y me queman mucho. Eso lo saben bien 3 o 4 personas.

Y no contento el mundo con eso, tengo una familia un tanto peculiar.

Y no contento el mundo con eso, tengo una entrenadora majísima, que entrena de miedo... Peeeero que se deja llevar por TODO lo que le dice su entrenador, y eso nos afecta a nosotras. Él nos trata como si hubiesemos empezado a jugar este año, y no admite ni una sola crítica o sugerencia, algo que ella nos ha dicho muchas veces que le comentemos.

Y no contento el mundo con eso, la segunda colocadora está tomándoselo con calma este año (eufemísticamente hablando). ¿Y a qué tonta le toca pagar el pato cuando ella falta? A moi. Porque me sé la rotación y coloco medio decente. Y falta MUCHO.

Y no contento el mundo con eso he tenido un comienzo de semana de mierda, literalmente. Estoy muy, MUY quemada, y además mi musa me abandona en estas épocas de estrés, por lo que no puedo echarlo fuera escribiendo, no me sale, y esto me jode muchísimo.

Y no contento el mundo con eso, me siguen haciendo la misma pregunta tonta, día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto... Personas que no conozco de casi nada, con las que no hablo más de lo estrictamente necesario, se meten en mi vida personal constantemente: ¿Estás con él? ¿eh? ¿Te liaste con la de filosofía? ¿Te liaste con la de historia de hace dos años? ¿Estás con el otro? ¿Has vuelto con este? Etc. Etc. Etc.

Y no contento el mundo con eso, el puente hizo un tiempo asqueroso, y no lo disfruté mucho, quitando el sábado por cumpleaños, cine... Porque además de eso, me lo tuve que pasar haciendo un trabajo de exposición para ayer y hoy.

Y no contento el mundo con eso, el trabajo lo hice yo sola, y la semana anterior había tenido que hacer otro trabajo de exposición que tampoco me gustaba. Y los cabrones de mi clase no me dejaron exponer a gusto (ni a mi grupo ni a mí respectivamente), y tuve muy poco tiempo para hacer los trabajos, así que las dosis de café ingeridas y el estrés acumulado con la falta de sueño se traducían en nervios (durante la exposición que hice sola, en la otra IRA).

Y no contento el mundo con eso, ayer no entrené. Me parecía genial, porque tenemos partido mañana, y ya entrenábamos hoy (sí, lo lógico habría sido entrenar ayer, descansar hoy y jugar mañana, pero ya sabes, el entrenador de mi entrenadora). Me parecía. Porque ayer me enteré de que no jugábamos contra quien nos dijeron, las juveniles de Albatera (de mi categoría) sino contra las cadetes (categoría inferior). Me jodió mucho, porque vamos a jugar engañadas, y no nos hace gracia, queremos retos, no teóricos retos con los que puedan mofarse de nosotras después.

Y no contento el mundo con eso, hoy he ido a entrenar decidida a sacar todo el estrés, los nervios y la ira que he ido acumulando estos días, para ver si estabilizando mi cuerpo estabilizo mi mente y vuelvo a escribir con normalidad.

¿Y qué me encuentro? Que la segunda colocadora falla al entrenamiento, y entro yo de segunda colocadora. Jamás he jugado por ahí, y me frustro al no dar el máximo de mí en mi deporte, solo por el capricho del entrenador de mi entrenadora. Me frustro porque no juego cómoda, no es mi lugar, y no me gusta. Y me he chocado con la otra colocadora, que en ese momento colocaba. Y yo ODIO chocarme con la gente mientras juego al voley. Es lo peor que me puede pasar, lo odio muchísimo. Y sé que me he chocado porque no controlo bien la zona en la que estaba jugando.

Y entonces, haciendo su actuación gloriosa, el dichoso entrenador me dice que me tengo que abrir más para hacer la entrada, o que tengo que irme por tal sitio para entrar. He reprimido las ganas de gritarle con todo el aire de mis pulmones: ¡¡PUES CLARO QUE NO ME ABRO, SUBNORMAL, PUES CLARO QUE NO VOY A TAL SITIO, TONTO DEL CULO!! ¡¡¡NO ES MI JODIDA POSICIÓN!!! ¡¡¡¿EN UN DÍA VAS A EXIGIRME QUE LO HAGA IGUAL QUE CUANDO JUEGO POR MI PUESTO DESDE HACE 4 AÑOS?!!!


Pero me he callado, y con ello, me he frustrado más, porque no he disfrutado el entrenamiento.

Y entonces, no contento el mundo con eso, entro al vestuario, voy a cambiarme... ¡¡¡¡¡¡Y NO ESTÁN MIS PANTALONES!!!!! ¡¡¡¡¡ME HAN QUITADO LOS PANTALONES EN EL ENTRENAMIENTO!!!!! ¡¡¡¡MIS PROPIAS COMPAÑERAS!!!!

Yo flipo con la peña. Sin más. Podría llorar pero, en este momento, no siento nada más allá del desmoronamiento de mi propia mente. Siento como caen mis mitos de: el bachillerato es distinto, las clases son para dar clase. Siento como caen mis concepciones sobre la moralidad y la discreción con la vida del resto. Siento como caen mis deseos de convertir el voley en mi salvación, en mi vía de escape, en algo en lo que realmente puedo destacar, puedo mejorar, en algo que me hace mejor. Siento como la decepción y la frustración bañan el fondo de mi mente y arrastra la sangre de todo aquello que cae para estrellarse contra él.

Así que espero que me disculpeis por dejar la historia a medias, aunque no sé si a muchos os importará, pero sé que Luna me odia por no continuarla pronto. Espero que me disculpeis por la ausencia de estos días y la posible ausencia de los próximos...

Necesito volver a construir mi mente, a fortificar mis principios, a restaurar mis prioridades y mis sueños y deseos.
Y espero que no os moleste demasiado que os halla usado, semi involuntariamente, como paño de lágrimas y oído de quejas.

Qué triste es que esta entrada sea tan larga, de verdad... Disculpadme.

Forgiven Princess

8.10.08

¿Es el patrimonio histórico sustraido el negocio del s. XXI?


Leído en EL PAÍS DIGITAL:

"La sala Christie's vendió ayer cinco vigas procedentes de la Mezquita de Córdoba por más de 1,5 millones de euros, dos años después de un primer intento que paralizaron la Iglesia y el Ministerio de Cultura español al cuestionar la legalidad de la subasta. Ante la imposibilidad de acreditar cómo salieron las piezas de España, el Cabildo catedralicio aceptó el pasado septiembre un acuerdo extrajudicial con el propietario -representado por la firma Beckford Advisors-, quien a cambio destinará una parte de los beneficios (estimados en el 10%) a Cáritas Diocesanas.


La adquisición por un comprador o compradores anónimos de las cinco piezas, de seis metros de longitud y labradas con motivos vegetales en tres de sus caras, fue sentenciada de forma separada por el martillo de la subasta dedicada al arte islámico. Su cotización -entre 400.000 y 188.000 euros- fue ligeramente superior a la prevista dos años atrás.


Christie's alega que las piezas salieron de la ciudad de los califas a finales del siglo XIX o principios del XX, apoyándose en una obra del arquitecto Félix Hernández (La techumbre de la Gran Mezquita de Córdoba, 1928), que incluye un inventario de las vigas del techo retiradas del recinto. El texto no cita expresamente las cinco maderas vendidas ayer. La sala añade que las vigas fueron descubiertas en un granero, donde habrían permanecido abandonadas durante décadas."



Ya había oído hablar de la noticia, pero aún no puedo creerme la historia. Fueron sustraídas hace alrededor de un siglo, y los restauradores de la Mezquita no se percataron. Después no sé bien qué pasó, y al final terminaron encontrándolas en un granero de Suiza (creo).


Y con las excusas tan pobres que habéis podido leer, se han subastado las 5 vigas de la Mezquita de Córdoba.


Yo es que flipo, pero mucho. Flipo porque no se enteraron del robo, flipo porque en lugar de hacer lo ético, lo correcto, que sería devolver el tesoro (son tesoros, para qué mentir) al Estado al que pertenecen, al Estado español, se lucran subastándolas. Y el Ministerio tiene que mirar impotente cómo, una vez más, las obras de arte se alejan de nuestro Patrimonio cultural.


Y sobre todo, flipo con la Iglesia, una vez más. ¿Cómo se puede ser tan rastrero? ¿Por una donación acallan su moral? ¿Qué clase de secta dogmática es esta que en vez de favorecer los intereses culturales de sus feligreses acepta lucrarse de algo que ni le va ni le viene de una forma tan exagerada? Vamos, no sabía yo que con la de oro que hay en el Vaticano, les pase como a Esperanza Aguirre y no lleguen a fin de mes con sus supersueldazos.


Llegada a este punto, me pregunto si realmente el ser humano como raza posee inteligencia y razón. Tal vez algunos sí, pero es que no sé si es una capacidad que todos poseamos desde el nacimiento. Porque viendo estas cosas realmente me lo cuestiono.


Después, como colofón, pienso que si de verdad todos las poseemos, razón e inteligencia, hay personas que no tienen miramiento ninguno. Porque vamos, ¿robar las vigas de la Mezquita de Córdoba?; sabiendo que son robadas y que tienen como legítimo dueño al Estado español, ¿subastarlas? ¿y comprarlas?


Este mundo está loco, cada vez me cercioro más de ello.


Forgiven Princess

7.10.08

Kei y Shinji (II)


Durante el resto de clases del día Shinji temió que Kei dijese algo sobre él al resto en un arrebato.
Sabía que esto era prácticamente imposible, Kei jamás hablaba con nadie si no era estrictamente necesario, pero él temía igualmente que se pudiera saber algo sobre su homosexualidad.


Había pasado años ocultándolo, y creía haber encontrado la coraza perfecta, y en menos de un segundo, tiró todo el trabajo de ocultismo de años por la borda, por culpa de un despiste. Pero aquellos ojos le habían invitado a confesar, y habría confesado ser el diablo en persona si ellos se lo hubieran pedido.

¿Se había enamorado de un imposible?

Pasó una semana, y durante esa semana Kei no acudió a clase ni se acercó al instituto. No llamó a nadie para pedir los apuntes ni las tareas pendientes. Shinji se había olvidado prácticamente del incidente de aquel recreo cuando lo vio entrar por la puerta de clase. Llevaba los pantalones desgastados que traía puestos el primer día de clase, y también su camiseta del número IV.

También llevaba una herida con puntos en la frente, un labio partido y un moretón en el mentón. Shinji pasó todas las clases inexplicablemente alterado y, en cuanto sonó el comienzo del recreo, se deshizo con una tonta excusa de sus amigos y corrió al lateral del instituto. Allí estaba Kei.

Tenía la cara hundida entre las rodillas, como los niños pequeños cuando tienen miedo, y un cigarro encendido en la mano izquierda. Parecía respirar de una forma un tanto inusual, alterada.
Estaba llorando, algo que Shinji percibió en cuanto dio un paso más.

- Eh, ¿qué te ha pasado? ¿qué te pasa?
- No, nada... No es nada.
- Sí, sí lo es. Estás llorando, y tienes la cara hecha un cuadro.
- Pues no te quieras imaginar el resto.

Entonces Shinji percibió más moretones en los brazos, señales de que había intentado escapar de una férrea prisión en forma de brazos de adolescente vigoréxico.

- Cuéntame qué te ha pasado, por favor...
- Bien, me pegaron. La semana pasada, al salir de clase. Por eso no he venido. ¿Contento? - contestó ariscamente Kei-.
- Lo siento, tío, no te pongas así... ¿Y por qué lloras ahora? ¿Te duele?
- No.
- Déjame acompañarte a la enfermería, allí te...
- ¡He dicho que no me duele, joder! Deja de intentar ayudarme.
- Me niego a dejarte aquí llorando sin saber por qué lo haces.
- Lloro por el motivo por el que me pegaron.
- ¿Y es...?

En ese momento, Kei lo besó. Lo besó dulce y lentamente, con los ojos abiertos, al igual que Shinji. Los ojos de este eran de un gris un tanto extraño, y mientras lo besaba hundía sus manos entre su rubio cabello. Shinji estaba perplejo por la extraña situación que acababa de vivir, y no sabía cómo reaccionar ante ella.

- Yo también lo soy, y me pegaron cuando me había reunido con mi ex para intentar que me dejase en paz. Sigue enamorado de mí, pero yo pienso en otra persona... -Y mientras decía estas palabras clavó sus intensos ojos en los de su compañero-. Nos pegaron a los dos, y él salió peor parado que yo. Está en el hospital, con una fractura de cráneo.
- ¿Cómo os pegaron?
- Eran unos 8, portaban símbolos nazis en tatuajes y en parches puestos en la ropa, y un par de ellos llevaban bate de béisbol. El que me pegó en la cara lo hizo con un puño americano. Jamás olvidaré el tacto del metal contra mi piel, y el lacerante dolor que le seguía siempre, siempre...

Y comenzó a llorar de nuevo.
Shinji abrazó cuidadosamente a Kei, y mientras le acariciaba el pelo le susurraba dulces palabras de apoyo y de ánimo. Y así, abrazados, permanecieron hasta la vuelta a clase.

A sabiendas de que sus compañeros preguntarían si iban juntos, Shinji salió primero y fue corriendo a clase, donde 10 minutos más tarde entró Kei.


Forgiven Princess

5.10.08

Kei y Shinji (I)


Sentado en la oscuridad gritaba en silencio mientras lloraba lágrimas secas.

Hacia unas 5 horas que estaba allí, gritando y llorando. Al principio su voz rasgaba el pesado silencio, y sus lágrimas formaban pequeños charcos emabarrados sobre la gruesa capa de polvo que cubría el suelo.

Todos los sábados iba allí cuando le decía a su madre que iba a casa de Alberto.
Lo que ella no sabía era por qué Alberto nunca llamaba, nunca iba a casa, nunca enviaba un regalo por Navidad o una postal cuando iba de viaje.

Kei estaba muerto. Se suicidó allí, donde él iba todos los sábados desde que lo hizo.

Pero contemos la historia de Kei y Shinji, y de cómo Kei llegó hasta el suicidio.

Shinji tenía 18 años, y estaba estudiando el último curso antes de la universidad. En su clase había poca gente, unos 13. Llevaban siendo los mismos 12 desde que comenzaron el istituto, pero aquél año un chico nuevo entró en el centro para unirse a su pequeño y forjado grupo.

El chico era muy tímido, y tenía un año más que todos ellos. El año anterior había tenido que abandonar el curso porque su padre abandonó los abandonó a él y a su madre, y ella no estaba trabajando. Así que tuvo que sacar adelante su familia él, mientras su madre encontraba algún trabajo y algún curso formativo.

El muchacho era muy reservado, por lo que la historia que les había contado el primer día era más o menos todo lo que sabían acerca de él. Vestía de negro, siempre de negro. Tenía la piel clara, y el pelo negro. Y la gran contradicción que lo caracterizaba, los ojos verdes oliva. Unos grandes ojos de mirada sincera tras unas gafas negras.

Nunca hablaba con nadie, y si sabían que se llamaba Kei era solo porque en clase lo nombraban los profesores.

Un buen día, a la hora del recreo, Shinji se separó de su grupo de amigos y fue al lateral del edificio. Nunca iba por allí a no ser que deseara que nadie le molestase, porque aquel lugar siempre estaba desierto. Y pensó que tal vez Kei estuviera en ese sitio, porque parecía rehuir de la compañía de otros.

Efectivamente, al llegar al lateral y asomar la cabeza, vio a su nuevo compañero en el suelo, casi acostado sobre el firme, con un pequeño trozo de espalda apoyado en la pared. Estaba ausente, con la mirada perdida en algún punto entre sus dos piernas, las cuales permanecían unidas porque se agarraba las manos por debajo de ellas.

- ¿Kei?
- ¿Uh?
- Hey, hola. No esperaba encontrarte aquí - Mintió Shinji-.
- Pues ya somos dos.
- ¿Qué haces aquí solo? Los chicos siempre comentan que te escabuyes cuando te plantean venir con nosotros.
- Ehm... Sí, bueno... Es que me gusta estar solo. Odio estar con gente superficial a mi alrededor. No te molestes, pero vosotros lo parecéis, siempre hablando de estupideces y nimiedades, de la vida de otros...
- Son bastante cotillas, sí...
- ¿Son? ¿Tú no?
- No, a mí no me gusta hablar de la vida de otros. Ya tengo bastante con cubrir ciertos aspectos de la mía para que ellos no los descubran, como para hablar sobre la última pareja del instituto... -comentó Shinji, no dejando ver si hablaba solo o se dirigía a Kei-.
- ¿Y por qué te escondes, uhm... cómo te llamabas, perdón?
- Shinji. No me escondo.
- Sí, lo haces -una sonrisa extraña se dibujaba en el rostro de Kei-.
- Digamos que... ehm... ''Oculto'' ciertas cosas de mí. Cosas que no quiero que sepan ellos porque correrían como la pólvora.
- ¿Has sido un chico malo, Shinji? -preguntó Kei con cierta sorna-.
- No, no es eso... No, la cosa no va por ahí. Verás... A mí no me gustan las chicas.
- ¿Las de clase? Lo entiendo, son bastante...
- No, no, las chicas -le interrumpió-. En general. Todas. Soy gay.
- Ah... Comprendo...

El ensordecedor timbre que anunciaba el retorno a las aulas resonó sobre sus cabezas, mientras Shinji miraba temeroso a Kei, y éste le devolvía la mirada divertido.

Forgiven Princess

¿Sabéis algo jodido de mi clase?


Supongo que no. Lo jodido es estar enamorada de una civilización antigua desde hace años, ansiar conocer cada día más sobre ella, estar año tras año deseando ir a su lugar de origen y expansión...

Lo jodido es amar la antigua Grecia, y que entre todos los temas (entre ellos educación, guerra, justicia y cultura)... Tengas que exponer:

La ciudad: Ciudadanos, metecos y esclavos.

Y que los temas buenos los tenga gente que va a hacerlos aburridos y poco interesantes.
Y que encima de ser un tema que no te gusta nada, tengas que hacerlo en menos de una semana.

¿Tiene o no tiene cojones la cosa?

Forgiven Princess

2.10.08

El odio


El odio. ¿Qué es el odio? Alguien avispado dirá: Fácil, un sentimiento.

Ya, pero, ¿qué es el odio en sí? ¿por qué se odia? ¿realmente existe el odio?

Podría definir odio como rechazo profundo y visceral hacia algo o alguien. Pero realmente ese ''odio'' no es tal cosa. Es una mezcla entre el miedo, la envidia, la ignorancia...

¿No creéis? Pensadlo un momento. Tal vez un ejemplo ayude.


Hay personas que afirman odiar el Islam. Casualmente, esas personas son personas que viven en países ''desarrollados'' (no me gusta usar esta palabra, pero la prefiero a primer mundo), que casualmente son países de mayoría cristiana/católica/protestante/etc.

Curioso, pues los países de los que hablo no tienen por costumbre informar a su población sobre las bondades y maldades de la propia religión, mucho menos sobre el Islam.

Entonces, a no ser que se busque información por otra parte, esta persona que afirmase odiar el Islam, conocería poco sobre el mismo. Y ese poco, lo conocería manipulado y masticado por los medios de comunicación y por su sensacionalismo.

Así pues, hablamos de una persona que odia desde la ignorancia. No odia, simplemente ignora, y por ello rechaza lo que le es desconocido (actitud muy habitual en nuestra especie, todo sea dicho). No se dedicará jamás a buscar información sobre este culto y a conocer las realidades del mismo, simplemente elegirá lo fácil: el rechazo.

Pongamos otro ejemplo. Fulanito (mal estudiante, repetidor, gente) dice odiar a menganita (buena estudiante, persona).

La odia porque ella saca mejores notas, porque nunca la castigan, porque ''se hace la listilla'' cuando algún profesor le pregunta y ella responde, porque le ''hace la pelota'' a los profesores cuando escucha y hace los deberes. No la odia, aunque eso cree él. Simplemente la envidia. Le gustaría ser como ella, poder sacar buenas notas y tener a los profesores de buenas, pero en lugar de pedirle ayuda y ser constante en el trabajo, elige la opción fácil: el rechazo.

Y por último, el ejemplo del miedo. Más bien, de todos a la vez.

Ana odia a Mía porque ésta es ''una bollera de mierda, que cuando viene te tienes que tapar porque se pone cachonda''. Mía tiene la misma edad que Ana, y al igual que esta, tiene pareja. La única diferencia es que la pareja de Ana es un chico, y la de Mía no. Y solo por eso ya la han tirado de su grupo, le han dado de lado en clase... Ana les ha envenenado la mente al resto de sus amigos y amigas contando falsos rumores sobre quién le gustaba y cosas por el estilo.

Ana rechaza a Mía por miedo a que es diferente, por envidia de que ella haga lo que quiere libremente, y por ignorancia al no saber que una tendencia sexual no implica una atracción atroz por el sexo que te gusta... En lugar de pararse a intentar comprender y a respetar, decide escoger lo que menos trabajo le costará: el rechazo.

¿A dónde quiero llegar? Que siempre me voy por los inexistentes cerros de Úbeda.

Bien, quería llegar a desenmascarar el odio. No sé si será igual en todos los casos, pero en la gran mayoría de ocasiones, las personas disfrazan de odio (sentimiento más fuerte y agresivo) sus debilidades, como la envidia, el miedo y la ignorancia. Como siempre, ponemos una careta a lo que no nos gusta de nosotros. Como siempre, pretendemos ser algo que no somos. Como siempre, nos escondemos tras la mentira.

¿Sabes quién eres? ¿Sabes cómo eres? ¿O solamente sabes quién haces creer que eres?

Forgiven Princess

1.10.08

Y respiras


Nadas rápido, fuerte. Te duelen los ojos por las sales que contiene el agua. Notas cómo el frío te envuelve y se come lentamente tu calor corporal. Y llegas a la meta casi sin aire, pensando que ya no puedes más.
Y al salir respiras, y te sientes mejor.

Un sudor pegajoso y frío te perla la frente y te humedece las manos. Notas un escalofrío que activa tu columna como un resorte, y te hace erguirte momentáneamente para después volver a adoptar una postura encorvada y afligida. Te preparas mentalmente el falso discurso que soltarás para incriminar a otro con tus culpas.
Y lo dices, y al terminar, te duele el cerebro por los puñetazos que tu conciencia le propina.
Y respiras para olvidarlo.

"Ups, ¡olvidé que el examen era hoy!" Te repites a ti mismo. Intentas convencer al profesor de que lo cambie, pero es un esfuerzo vano. Él reparte los folios y las preguntas, y con manos temblorosas coges estas últimas y las lees. Poco a poco te recuerdas que has ido a clase los últimos meses, y que esto y aquello él lo explicó ese día...
Y mientras respiras, destapas un bolígrafo y comienzas a escribir.

Faltan menos de 10 minutos para que todo empiece. Para que olvides quién eres, para que mueras y renazcas siendo otro. Faltan menos de 10 minutos, y tú corres por el pasillo de los camerinos. Disimuladamente te asomas por la puerta lateral que da al patio de butacas, y allí lo ves. Todo lleno. TODO. No cabe un alfiler. Dentro de ti surgen instantáneamente sentimientos opuestos. Estás muy orgullosa, toda esa gente verá tu renacimiento. Estás nerviosa, porque ansías saber con certeza que no fallarás en nada, pero nunca se tiene la seguridad total. Y otros sentimientos más surgen. Ella no estaba allí, donde dijo que estaría. Entonces confías en que esté en otro sitio porque ese ya estaba ocupado... O deseas creerlo. Porque también sientes la inseguridad de si realmente estará en este teatro, esperando por verte actuar como prometió. Y vas al escenario, te sitúas, te centras.
Y respiras, y se abre el telón, y mueres para renacer convertida en otra.
The show musts go on.

Alguien te cuenta un rumor sobre ti que corre por ahí desde hace tiempo. Primero sientes el impulso de llorar, gritar o golpear algo o a alguien. Pero lo piensas mejor, y con una mano apoyada sobre el brazo de tu interlocutor, te descojonas.
Y al parar, mientras respiras hondo, tus ojos brillan por la victoria.

Has pasado la tarde con él. En el viejo cine, donde nadie os miraba, en aquel rincón de la fila 13, os abrazábais como si fuera lo último que deseárais hacer en este mundo. Cada beso hacía que la muerte de una estrella fuera un juego de niños.
Y al salir, os dirigíais a un parque repleto de frondosos y viejos árboles. Paseábais por sus caminos de arena, rodeábais fuentes mientras vuestros brazos rodean la cintura del otro. Y allí, en la intimidad del final del parque, observábais el anochecer con la melodía del cauce del río frente a vosotros.
En su coche cantábais a coro canciones de Metallica, hasta que llegásteis a tu casa. Y allí, con más besos incendiarios, os despedís. Entras en tu pequeño apartamento, cierras la puerta, apoyas tu espalda contra ella...

Y respiras.

Forgiven Princess