17.10.08

Kei y Shinji (III)


Durante las siguientes semanas su rutina fue esa misma. En los recreos Shinji se deshacía de sus amigos con una excusa manida y burda, pero teóricamente creíble, y corría al lateral del centro junto a Kei. Hablaban sobre todo, sin pudor alguno que impidiese la máxima sinceridad entre ambos.

Después entraban por separado a clase, y se ignoraban mutuamente durante las horas que les restaban en el centro. Al salir, se dedicaban un suntuoso y sugerente juego de miradas, pero nunca quedaban fuera.

Hasta aquél día. Fue un martes a mediados de diciembre, en plenos exámenes trimestrales. Shinji estaba en la cantina, en una clase libre, haciendo un problema muy complicado de física, cuando notó que alguien se inclinaba sobre él y respiraba suavemente sobre su oreja derecha:

- ¿Necesitas ayuda?

Shinji se giró, y allí estaba Hiro, su mejor amigo desde la escuela. La pregunta era muy inocente y lógica, pero la manera de hacerla...

- N-no... No, gracias - Sonrió Shinji-.
- Bueno, pues si no necesitas ayuda, ven a dar una vuelta, quiero hablar contigo.
- Ehm... Vale, espera dos minutos, termino estoy y vamos - cada vez se sentía más inquieto por las extrañas palabras de su amigo-.

Shinji terminó, aún a sabiendas de que le faltaban un par de apartados por resolver, porque lo repasaría más tarde en casa. Recogió sus cosas y las metió en la bandolera que llevaba para ir a clase, y siguió a Hiro por el patio.

Llegaron hasta las pistas deportivas, y durante el trayecto habían caminado en silencio, mientras Hiro tiraba suavemente de la mano de Shinji. Al llegar allí dejaron las cosas en un banco y pasearon cerca de la verja metálica colocada para evitar que los balones saliesen de las pistas.


- Shin, tengo algo que decirte... Se lo diría a los chicos, pero no creo que lo comprendan... A ti te conozco desde hace mucho más, y siempre confié plenamente en ti... Te aprecio muchísimo, tío...
- Venga, Hiro, déjate de rodeos, que tengo un montonazo de cosas por estudiar, y lo sabes...

Hiro acercó su cara a la de Shinji, quien ya temía lo que iba a pasar a continuación. Y efectivamente, Hiro besó a Shinji. Se lo esperaba, pero no podía creerlo. Jamás habría pensado que Hiro fuera gay. Era el típico guaperas de pelo y músculos perfectos que se traía de calle a las chicas, y que era perseguido por una auténtica marabunta de chiquillas en los pasillos y las discotecas.

Además, creía conocer muy bien a Hiro, y pensó que algo así lo habría notado tiempo atrás... ¿No existía algo así como un sexto sentido para reconocerse entre ''ellos''? ¿Por qué con Hiro no había funcionado? ¿Y por qué tampoco con Kei? ¿Sería Shinji un gay inepto para encontrar a más como él?

Con todas aquellas dudas asaeteando su mente, el pensamiento del chico corría como una anciana que viese al mismísimo diablo en su cocina, y las ideas y conjeturas eran hechas y rechazadas en menos de una centésima de segundo.


Hiro seguía cerca de su cara, respirando sobre sus labios aún húmedos del beso, mientras Shinji estaba completamente bloqueado pensando cómo no se habría dado cuenta antes de aquello.

Y, desde la alambrada, unos ojos observaban la escena entre una cortina de lágrimas, y aquel verde intenso pareció morir un poquito en ese momento.

Forgiven Princess

4 comentarios:

Luna dijo...

oh!!.. triángulo triánguloooooooo!!
dios,.quiero saber más más...
cachis! ..no
me puedes dejar ahora con estos así...
mala perzzzzoooonaaaaaaaaaaaaaa!!!! x3

(pd: me ha encantao de la abuela.jajajajjajajajjaja...x'D)

Forgiven Princess dijo...

Luna:
Mañana más, mañana más ^^
Es que lo de la abuela fue genuino y auténtico del todo xD.
Jejejejeje.

tertulias para perogrullos dijo...

Pero esto más que una historia es ya un culebrón jajajaj, muy bueno, sigue sigue.
Besos

Forgiven Princess dijo...

David:
A ver si me deslío y lo sigo :D
Besos!