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Diox, cómo odio el estar indecisa.
Es una sensación que no aguanto.
Ayer se lo comenté a un amigo.
Primero empiezo con caprichos tontos, como un té de fresa.
Después me apeteció un abrazo de esos que te rompen las costillas.
Más tarde, ver una película basada en los últimos días de Kurt Cobain, o eso se supone (que por cierto, no vi, no recibí el abrazo, y no conseguí el dichoso té).
Pero más tarde la cosa fue a peor.
No sabía si reir o estar seria.
Me aburría y me entretenía a un tiempo.
Tenía hambre, y no quería comer.
Quería correr, y al mismo tiempo nadar, montar en bici y dormir.
Ansiaba ver la televisión, leer, estudiar y escribir a la vez.
Quería pensar, y dejar la mente en blanco.
Hablar y callar.
Estar sola y estar con gente.
Escuchar el más absoluto silencio, con canciones de Within Temptation a todo trapo.
Quería querer, y quería odiar.
Y hoy, esa maldita sensación, la indecisión, lucha contra mi férrea voluntad de autocontrol, la cual comienza a flaquear.
¿Será porque los exámenes me cambian?
O simplemente, ''estoy más suave''... ¿No?
Forgiven Princess
(Perdonadme el ritmo frenético de actualizaciones, necesito desahogarme, y mucho).