2.2.12

Cuando el pueblo maltrata al pueblo


Vale. No pensaba escribir sobre tantos y tantos temas conflictivos que nos acosan últimamente, pero es que se me están hinchando los ovarios porque yo no sé si son los mayas, las mareas o la entrada de ofiuco en el horóscopo, pero el personal está fatal últimamente.

Enumerando algunos de los asuntos a los que me refieron con el título: recortes en servicios públicos, juicio a Camps, juicio a Garzón, caso Palma-Arena, Costa Concordia, SOPA...

A ver, queridos seres humanos que pueblan las bellas tierras de este mundo,
¿EN QUÉ COJONES ESTÁIS PENSANDO?
Vivimos una crisis que a parte de financiera es social. ¿Sabéis a qué llamo una crisis social? A aquellas en las que los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. A aquellas en las que cuando la pela es lo único que importa, el resto nos la pela. A aquellas en las que se aprovecha el poder imparable de la derecha neoliberal para segar los derechos de aquello que no es normal (madre del amor hermoso, los inmigrantes, las mujeres, los pobres, los jóvenes, los LGTB, esas grandes amenazas para la estabilidad y la integridad de un Estado).

En definitiva, con ello me refiero a una crisis de este calibre, donde cuatro parches mal hechos como reformas exprés de la Constitución (esa carta que no se altera por voluntad popular, pero sí por voluntad merkeliana) y demás pijadas, no bastan. Cuando una situación semejante se da, el pueblo espera que el Gobierno vele por su interés, el Gobierno vela por los intereses de los mercados (esos entes que "somos todos" pero que no cuentan con nadie para hacer lo que les pasa por el arco del triunfo) y los mercados velan por su capital. Con lo cual, el pueblo paga, copaga y repaga aquello por lo que intuye que ya pagó, pero no está seguro.

Y es en estos momentos en los que, indefectiblemente, los partidos de derechas se alzan con unas victorias electorales aberrantes (mil gracias, oh, gran D'Hont). Esto a priori no habría de ser un problema. El problema es cuando se juega con la libertad del pueblo. El problema, queridos, es cuando pretendes llamar a la tortilla de patatas deconstrucción de huevo y tubérculos. Señor Rajoy. Presi. Marianico el corto. UN MATRIMONIO ES UN MATRIMONIO.

Quiero argumentos razonados y probados de que el llamar a mis amigos Luis y Carlos matrimonio va a suponer una grave amenaza al modelo tradicional de familia. ¿De verdad el modelo tradicional tiene que ser el mejor? Yo conozco muchos casos de familias disfuncionales con padre, madre y retoños. También conozco a parejas heterosexuales que se quieren muchísimo, pero que no quieren o no pueden tener hijos, ¿a estos tampoco los dejamos casarse porque no van a reproducirse "de forma natural"?

En fin, y qué contar de las reformas en cultura, educación y justicia. Vergonzoso en casi todos los casos, tenemos un gobierno que oculta, recorta y maquilla, que actúa en la sombra, sin la más mínima declaración. Por los dioses, he oído más hablar a Rajoy en Bruselas que en Madrid. Aunque lo prefiero callado a balando como la Cospe, la Espe, la Sáez de Santamaría o el Pons. Y les pongo el artículo adrede, porque con mi flagrante violación del idioma quiero simbolizar su flagrante violación a nuestra patria. Ser "rojo" no significa no ser español, o no sentirte orgulloso de ello, no os extrañéis tanto, que parece que ya sólo se puede decir "patria" si va junto al "o muerte".

Económicamente ni me meto. Oigo muchos términos que no entiendo, que no sé si quiero entender, que nadie se preocupa en explicarme y que todos presuponen que conozco. Soy el pueblo español. Soy los habitantes del mundo. Sólo se me permite saber que soy de clase media, que la cosa está jodida, que los ricos van a seguir engrosando su cartera y yo voy a pasarlas putas porque voy a pagar cada medida que tengan a bien aprobar.

Bueno, la verdad es que sí me voy a meter. A ver, gobernantes de mi corazón, ¿en qué mierdas piensa un político cuando tiene que recortar gastos y decide que en lugar de quitar la financiación a la Iglesia, los partidos políticos y los sindicatos (entre muchas otras medidas posibles, como la eliminación de duplicidad de competencias, fuera los cargos de confianza, etc.) se decide recortar en minucias, como la Educación, la Sanidad o las ayudas sociales. ¿EN SERIO? TÓCATE LOS HUEVOS, MARICARMEN.

Se ve que soy la única que lo ve completamente irracional, pero un país, para salir adelante, tiene que tener una población sana y bien formada, con metas claras y posibilidades de acción. Pues nada, cogemos el hacha de castigar al pueblo y recortamos en todo aquello que es básico para que éste evolucione. Olé y olé. Ni rentas de emancipación, ni becas, ni subvención a los medicamentos de la 3ª edad, ni leches. Quién necesita eso, vamos.

Llegando a lo mío (*). La ley. La gran desconocida, odiada e insultada. El pañuelo con el que la corrupción se suena los mocos. El látigo que golpea la espalda equivocada, últimamente. Soy una ferviente defensora de nuestra Carta Magna, de lo que contiene y representa. Así mismo, soy una gran defensora de (la mayoría de) la legislación que de ella depende y de los principios que inspira. Igualdad, laicismo, verdad, objetividad. JUSTICIA. Eso se supone. Y entonces un día vas a clase, abres el periódico y ves: juzgan a Francisco Camps y a Ricardo Costa por la trama "Gürtell". Y entonces piensas "bien, España, bien, ya era hora".

Pero no, qué va. Pocas semanas después te enteras de que será juzgado por un tribunal popular, y te quedas con la mosca detrás de la oreja. Y pocas semanas más tarde, lees en un periódico online "Camps absuelto". Y te cagas en la madre del retrasado que incluyó el tribunal popular como alternativa judicial, y sobre todo en el mentecato que selecciona esa forma de juicio para un político corrupto al que se acusa de chanchullear. Y piensas "a tomar por culo". Te jode, pero lo dejas estar, porque psé, cabe recurso.

Y entonces te acuerdas de que mientras Camps es absuelto, uno de los hombres más íntegros de este país es juzgado de forma irregular rozando la inconstitucionalidad. Recuerdas que Baltasar Garzón se enfrenta a 20 años de inhabilitación laboral como juez en España. Y piensas "en este puto país de pandereta, ¿cómo va a tomarse nadie en serio la justicia?". Pero eso no es todo, no.

No es todo porque sabes que el yerno del Rey está imputado también por un caso de corrupción. Se ha embolsado no sé ya ni cuantos millones de euros y desde los EEUU él y su socio se rien de nosotros solicitando que los protejan de tomates y huevos a la entrada de los juzgados. Una bala de cañón os tiraba yo, que no hay pan para tanto chorizo en este país, joder.

Y bueno, a nivel internacional ya tenemos dos cosillas. La primera es el descojonamiento supremo que me supone la actitud del capitán del Costa Concordia. No sólo el accidente es culpa tuya, no sólo te vas como un puto cobarde tú solo cuando colisionan los navíos. Es que además tienes los cojones tan cuadrados como para decir "es que me caí en el bote". Vamos, por el amor de Atenea, es que tienes menos credibilidad que el PP Valenciano.

Y la segunda es el asunto internacional SOPA/PIPA/ACTA. Las dos primeras son iniciativas legales estadounidenses, pero teniendo en cuenta que la mayoría de servidores de páginas P2P y demás están allí, afectan a todo el mundo. La tercera es una iniciativa a nivel global. Más allá de la necesidad de medidas efectivas antipiratería (**), lo más destacable es la indefensión del pueblo ante la intervención de sus datos por parte de los diversos organismos de poder. La exposición casi absoluta a la que nos vemos sometidos. La incapacidad de acción ante la obvia vulneración de sus derechos inalienables como ser humano.

En fin, ya he hablado bastante por hoy, así que sólo me queda concluir. Los representantes electos de entre el pueblo, por el pueblo y para el pueblo sirven para representar al mismo, y para regular y actuar en relación a su voluntad. Eso es lo que significa la democracia. No "hago lo que me salga de la pija porque hasta dentro de 4 años no rindo cuentas".

Y como representantes de la nación, lo que se os exige es que cuidéis y miméis a vuestra gente. Sin embargo, cuando esa parte del pueblo se convierte en castigadora del resto de él, hay un problema serio que ha de solucionarse cuanto antes. Me da igual que el castigo sea económico, judicial o social. Un gobierno ha de proteger, preservar, regular y representar.

Cuando los representantes de un pueblo buscan el bien del gobierno y no de lo que representa este, echaos las manos a la cabeza, chillad y corred en círculos. Cuando el pueblo menosprecia y maltrata al pueblo, huye.

Pero, para terminar, diré que no es algo que yo sola piense. Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit, que escribiera en su día Plauto y Hobbes popularizara posteriormente en el Leviatán.

(*) Estudio derecho.
(**) MÁS ALLÁ DE LA NECESIDAD DE HACER BUENOS TRABAJOS, PONER PRECIOS RAZONABLES Y DEJAR DE TOCARSE LOS HUEVOS EN CASA.

Forgiven Princess

1 comentario:

María Sarmiento dijo...

Me gusta cuando la gente se reivindica como gente, más cuando lo hacen sabiendo de qué hablan y hablando bien. :) Muy buen post. :)