29.9.11
Ch ch ch changes
Uh, uuuuh!! Noticias, noticias!! Que como estoy tan desconectada de la blogosfera ni os informo de como me va ni nada, qué mala persona soy.
Bueno, cuando yo actualizaba como una persona normal, es decir, hará un año o así... Era una alegre estudiante de 1º de filosofía, que cantaba en dos grupos y estaba enamorada. ¿Os acordáis? ¿Sigo siendo así? MEEEEEEEEEEEEEEEC. Error.
Ahora soy una responsable (esto no me lo puedo creer ni yo, pero lo estoy siendo) estudiante de 1º de Derecho y Criminología. Un doble grado (es decir, dos carreras con muchas asignaturas comunes que se compatibilizan para que en lugar de hacerlas en 8 años, las hagas en 5) la mar de chulo en la Universitat de València. ¿Que por qué un cambio tan radical? Pues porque me encanta la filosofía, pero no TODA la filosofía, no como me la expliquen la memorizo y la suelto y sobre todo, no para vivir debajo de un puente. Así que olvidada la fase de que el mundo es super chachi, pasemos al pragmatismo. Dos carreras, más salidas. Y derecho, la segunda carrera que pensaba hacer. Criminología también quería hacerla, pero como tiene tan pocas salidas siempre fue más un... cuando me jubile...
Lo de cantar... Bueno, parece que de momento, eso está en stand by. Un grupo se ha disuelto, y el otro es más para tocar en plan colegas que para concertear.
Y, finalmente, el amor. Aaaaay, el amor. No penséis que estoy super deprimida por el texto del otro día. Eso lo tenía escrito más de dos meses, pero lo vi y lo publiqué (porque pasaba de escribir y está feo no aparecer en tanto tiempo, ¿no?). Fuera de eso, el otro día vi Con derecho a roce. No está mal para ser el género que es (es decir, una comedia romántica al más puro estilo "te critico pero te copio hasta el andar"), pero me quedo con la descripción que hacen de ella. Emocionalmente inaccesible. Creo que a partir de ahora yo voy a ser algo así. Pero de verdad. Sin flashmob de declaración de amor, ni mierdas. 4 puñaladas ya son suficientes, ahora voy a seguir el consejo más sabio de mi abuela: tú ve con todo el que te guste, y cuando tengas 28, eliges a uno y te quedas a ese.
Básicamente eso es todo. Nueva carrera, nueva ciudad, nuevo estatus musical, nuevo corte de pelo (aunque no tan novedoso como podéis pensar, solo es un palmo menos que antes xD) y nueva filosofía de vida.
No me enrollo más, que estos post no os gustan, que lo sé, malandrines.
Forgiven Princess
PD: Si queréis ver más fotos, http://www.flickr.com/photos/devocionrock/
Randy Newman - Short People
Así que ahí va, un tema algo políticamente incorrecto pero muy gracioso del genial Randy Newman (al que muchos conoceréis por canciones como las de la BSO de Toy Story "you've got a friend on me"). Con vosotros, Short People.
Short people got no reason
Short people got no reason
Short people got no reason
To live
They got little hands
Little eyes
They walk around
Tellin' great big lies
They got little noses
And tiny little teeth
They wear platform shoes
On their nasty little feet
Well, I don't want no short people
Don't want no short people
Don't want no short people
`Round here
Short people are just the same
As you and I
(A fool such as I)
All men are brothers
Until the day they die
(It's a wonderful world)
Short people got nobody
Short people got nobody
Short people got nobody
To love
They got little baby legs
That stand so low
You got to pick em up
Just to say hello
They got little cars
That go beep, beep, beep
They got little voices
Goin' peep, peep, peep
They got grubby little fingers
And dirty little minds
They're gonna get you every time
Well, I don't want no short people
Don't want no short people
Don't want no short people
'Round here
La gente bajita no tiene ningún motivo
La gente bajita no tiene ningún motivo
La gente bajita no tiene ningún motivo
para vivir
Tienen manos pequeñas
Pequeños ojos
Van por ahí
Diciendo mentiras enormes
Tienen pequeñas narices
Y minúsculos pequeños dientes
Llevan zapatos de plataforma
En sus desagradables pies pequeños
Bien, no quiero gente bajita
No quiero gente bajita
No quiero gente bajita
A mi alrededor
La gente bajita es igual
A ti y a mí
(Tan estúpidos como yo)
Todos los hombres son heramnos
Hasta el día que mueren
(Es un mundo maravilloso)
La gente bajita no tiene a nadie
La gente bajita no tiene a nadie
La gente bajita no tiene a nadie
A quien amar
Tienen pequeñas piernas de bebé
Que los mantienen muy bajos
Tienes que cogerlos en peso
Hasta para decirles hola
Tienen pequeños coches
Que van haciendo "bip, bip, bip"
Tienen pequeñas voces
Que hacen "pip, pip, pip"
Tienen pequeños sucios dedos
Y sucias pequeñas mentes
Te van a coger cada vez
Bueno, no quiero gente bajita
No quiero gente bajita
No quiero gente bajita
A mi alrededor
PD: La traducción es porque Miguel no entiende inglés, jajajaja.
PD 2: Y pido perdón a los de sensibilidad extrema que se molesten por la canción, pero es que me hace gracia, y hoy día esa sensación es menos común de lo que nos gustaría, así que desde aquí os animo a buscar cosas que os hagan sentir alegres, como esta canción hace conmigo.
Forgiven Princess
26.9.11
Sin título
Cada vez que recuerdo tu cara, pienso: quizá esta vez no duela tanto. Tal vez pasará todo.
Después, abro los ojos y sé que no es así. Aún duele demasiado, aún me dueles. Tu olor, tu sabor, tu piel. Sigues siendo el grabado que sangra dentro de mí. Ese tatuaje que sabes que no debería estar ahí, pero que te niegas a quitarte. Qué voy a hacerle. El dolor me hace recordar que fuimos una sola persona alguna vez. Que era tuya, que tú querías que lo fuese. Que sólo al verte era capaz de olvidarlo todo, no importaban los enormes problema que a la vida le parecía gracioso poner en mi camino. Tú fuiste en algún momento luz para mí. Cariño y calor, un hogar, un lugar seguro, un refugio.
Después todo cambió, y vino el frío, frío invierno. No puedo cambiar eso, y no creo que tú tampoco puedas sin hacerle daño a alguien en el camino. No voy a intentar imponer mi ley, porque seguramente no es justa por mucho que a mí me pese. Claro que me gustaría recuperarlo todo. Mucho. Muchísimo. No sabes cuánto. Tanto que duele. Quizá, lo mío no sea el amor, después de todo. Al fin y al cabo, siempre acaba igual para mí. Destruyo mi coraza, me abro a alguien y después un lanzazo frío, agudo, inesperado y directo al pecho que hace temblar todo mi mundo.
Te ríes, sé que ahora mísmo te ríes. Lo puedo sentir. “Cómo puedes ser tan melodramática, cómo puedes escribir esta mierda después del tiempo que ha pasado”. Bueno, ya sabes que adoro el teatro, y que una de mis obras favoritas es Romeo y Julieta (qué clásico, sí). Shakespeare sabía bien qué se hacía al pintar la desesperación de Julieta de modo tan extremo. Seguramente, a muchos le parezca un disparate hacerse la muerta para poder estar con alguien y suicidarse al saber que él sí está muerto. También a mí, pero entiendo los motivos, y si bien no tan exageradas, soy capaz de hacer locuras, o estupideces, como quieras verlo, por amor.
Ah, la chica de 19 años que ha perdido a su amante y lo añora en silencio porque no puede recuperarlo. Si en lugar de Amelia me llamase María Asunción del arcángel San Gabriel, esto tendría acento mejicano y sería una telenovela. Ya me conoces, el sarcasmo es mi idioma, qué voy a hacerle.
¿Por qué escribo esto? Quizá no lo publique. Quizá lo borre tras acabarlo, no sé. Si lo lees, supongo que no habré tenido agallas para darle una patada en el culo a tu recuerdo y seguir con mi vida, como me había propuesto. Mi problema es que prefiero seguir sufriendo a asumir que ya nunca seremos algo más. Me siento como debe sentirse Michael respecto a Brian en QAF.
Bueno, me desvío. Escribo esto porque últimamente noto que mi cerebro está saturado, y necesitaba sacarte fuera. Creo que no lo consigo. La verdad es que cuantos más problemas tengo, cuantas más preocupaciones me rondan, tu presencia aumenta. No físicamente, claro. Mentalmente, digo. Como si no fuese capaz de no decirme: y encima tú sigues tan presente como el primer día.
Dudo que leas esto. O que asumas que va dirigido a ti. O que te importe si crees que así es. La verdad es que lo escribo para mí, así que me da igual, realmente.
En fin, no tengo más que decirte de momento. Espero poder olvidarte.
Forgiven Princess
Alfa Delta
Querido Delta 108:
Hace cuatro años que terminó aquella misión. La gran misión. La misión que cambió mi vida y terminó rompiendo el gran equipo que formábamos. Primero fue Iraq, después Afganistán. Las horas temiendo un disparo, los días sufriendo por si habría de decirle a tu familia: fue un gran combatiente, murió por salvar a nuestro país.
Menudas mentiras habrían sido esas, ¿verdad? Hablar de un gran soldado, un héroe de guerra. Sí, tienes puntería. Sí, tienes entereza y sangre fría, y eres un gran estratega. Pero para ser grande necesitabas dos cosas que la guerra, o mejor dicho, esa guerra, no nos permitió. Un rival competente y una buena justificación, pues sin ellas no hay honor ninguno en la gran masacre que es la guerra.
¿Acaso eran rivales competentes los muchachos que jugaban a ser soldados? ¿Estaban a nuestra altura los campesinos que cambiaron la hoz por el fusil gracias al fanatismo de unos cuántos y las pretensiones de otros?
¿Defender a nuestro país? Por favor, nosotros luchábamos con armas, ellos lanzaban piedras contra tanques.
Aquella fue una guerra evitable. Pero no interesaba, claro está. Tú y yo sabemos lo que es tener que capturar a unos jóvenes pueblerinos que no entienden qué está pasando, y en el mejor de los casos, retenerlos o torturarlos. Obvio resulta, por los videos que ahora podemos ver, que en nuestro ejército no sólo hay gente movida por el deber, ni por defender su patria. Tal vez ellos creen que los iraquíes en conjunto eran el enemigo, en lugar de los terroristas, y quizá alguien les enseñó de pequeños que la vejación es un bonito y válido modo de diversión. Si no, no se comprenden las barbaridades que pudimos ver.
Aún así, con la sangre derramada sobre nuestras conciencias, tiñendo nuestra alma para siempre de un color que no permite la entrada en el reino de los cielos, podría haberlo soportado, si no estuviese seguro de que la megalomanía de los poderosos de turno no hubiese resultado ser equiparable a la de los faraones egipcios. ¿Buscar armas de destrucción masiva a base de bombardear territorio civil? ¿Gastar una auténtica fortuna en mantener un despliegue militar bárbaro en una zona que intentaba darle una oportunidad a la democracia? Cayó la dictadura, sí. Y los años que siguieron, ¿qué? ¿Quién devuelve a los hijos, los maridos, las preciosas nietas? ¿Qué haces cuando todo lo que puedes conservar del hogar de tu familia es un par de trozos de madera astillada y una muñeca mutilada? ¿Cómo crecen los niños que en lugar de ir a la escuela van a un refugio antibombas? ¿Crees que crecerá alguno de los que no se hallaban en uno de esos?
Han pasado años, y cada noche, la cara de mujeres desgarradas por el dolor de perder a su primogénito me acompaña hasta que mi sueño se torna una especie de coma. La única ventaja es que así, no sueño con ellos, y puedo mentirme un poco más, diciendo que no estaba tan mal, que había alguna explicación para aquel horror. Pero por la mañana, la realidad me devuelve sus caras como si fuesen un puñetazo de un boxeador.
Lo cierto es que cada vez que se acerca el 11 de septiembre, recuerdo todo aquello. Dejé el servicio hará unos tres años, no podía seguir trabajando en lo mismo después de todo lo que había visto. Pasé dos años en los cuerpos de paz. Supongo que fue mi modo de redimirme de mi pecado, aunque mi inconsciente siempre lo considerará insuficiente y me recordará que el dolor que causé ni sanará, ni será olvidado.
Hará un año que ingresé en el cuerpo de bomberos. Brian, bendito sea, dice que lo que busco en este empleo es que se me caiga una casa encima mientras saco un gato, o algo así. Una parte de mí lo desea, seguramente.
Así podría recibir mi castigo, ver por última vez las caras de aquellos a los que maté y recibir de ellos toda la ira y el resentimiento que acumulen. Pero por otra parte, mi pequeña Blake no soportaría perder a su madre, y no creo ser capaz de vivir el resto de la eternidad, aunque sea en el infierno, sabiendo que le fallé a mi pequeña, que incumplí mi promesa de estar siempre ahí para ella.
¿Sabes, Douglas? Ser madre me ha cambiado. Supongo que ahora hago un poco mío el dolor de todas aquellas mujeres, y eso reconforta a mi masoquismo en cierta medida
Tal vez deberíamos volver a vernos alguna vez. Recuperar lo único bueno que sacamos de aquella guerra, la amistad, la confianza. Saber que hay alguien que entiende lo que estás pasando, saber que sufre lo mismo que tú y pensar que realmente no es que tú quieras torturarte, es que es inevitable después de todo aquello.
Es posible que nunca leas esta carta. Al fin y al cabo, no sé nada de ti desde hace unos 4 años, así que desconozco tu situación actual, si te has mudado, si sigues con Sherill o aquello acabó. Llámame alguna vez, si quieres, yo esperaré paciente y esperanzada una respuesta.
Alfa 42.
Qué demonios. Un fuerte abrazo,
Andy.