Historia de Jonás

Hacía ya 6 años que estaba metido en aquello, pero las ''victorias'' seguían sabiéndole igual de dulces.

Cuando apenas tenía 13 o 14 años unos hombres le ofrecieron trabajar de vez en cuando con ellos, y si lo hacía bien medraría en el negocio.
Preguntó de qué tendría que trabajar, y los dos hombres se miraron y sonrieron.
-Bueno, tendrás que hacer ciertas cosas que te podrían meter en un buen lío, pero seguro que te gusta. Ahora no podemos hablar, pero si aceptas, te mandaremos llamar para profundizar en los detalles. ¿Qué te parece?
-Bien, acepto.

Aquellas palabras, grabadas en su mente como estaban, le recordaban lo azaroso de su condición actual, y su sonrisa se ensanchaba más aún.

Su trabajo consistía en intentar abolir el sistema social vigente, en el que la Iglesia y condes y duques poseían, junto al rey, todas las tierras del país. Para ello, saboteaban banquetes, robaban y mataban. No era un trabajo honrado, pero sí tenía unos principios claros en los que se basaba. Aquello que robaban lo repartían entre familias pobres, siempre guardando una pequeña parte para sí.

Cuando, con 17 años, el máximo dirigente de la organización le propuso ser el coordinador de operaciones cuando él mismo faltase, a Jonás le pareció que le proponían un sitio al lado de Dios en el Cielo.

Y ahora, 2 años después, había perdido las cosas que más amaba. Su madre, y a Elena. Pero decidió que, ya que siempre se quedaban una parte para ellos, él elegiría sabiamente la suya.
Así pues, coordinó un ataque a un carruaje que cruzaría por el camino que usaban para comunicarse con otras organizaciones como la suya. En él iría una joven y una mujer mayor. La muchacha portaría un vestido negro y la mujer mayor llevaría un pañuelo blanco entre las manos, estaba seguro de ello.

Ordenó que la muchacha fuera conducida al castillo que poseían en algún lugar de la costa mediterránea, al norte, casi en Francia. Y ordenó que el vestido con el que fuera encontrada fuese conservado en perfectas condiciones hasta el día en el que él diese la orden. Aquél día llegó casi un año después, cuando Jonás ordenó que el vestido fuera colgado en la puerta de la muchacha, limpio. Y que todo el mundo abandonase el castillo, salvo la cocinera y una sirvienta. Aquél día llovía, y se cumplía el aniversario de la muerte de su madre.

Forgiven Princess