8.8.08
Un último beso, el mayor regalo - Cuarta (y última) parte
-Eh, noia, ven, que et tinc que portar a un sitio.
Elena se giró, y vio a un señor mayor en la puerta que conducía al camino. Detrás de él, entre la lluvia, podía adivinar un pequeño carromato, negro y púrpura, tirado por grandes caballos negros.
-Vinga, que no tinc tota la nit!
Tras pensarlo unos instantes, la muchacha se acercó al hombre, y este la condujo al interior de la cabina de la pequeña diligencia.
En la semioscuridad del sitio, en sus oídos se arremolinaban la lluvia, el viento, el sonido de las ruedas del carro, el crujir de la madera, el chasquido de las riendas y de una ¿fusta?, sí, eso sería, y el sonido de los cascos de los caballos al pisar el embarrado camino.
Durante una hora o así, marcharon sin ningún incidente. Poco a poco se introducían por caminos más estrechos, más escondidos, y finalmente entraron en un terreno boscoso. Se asomó por la ventana para ver mejor, pero entre las gotas de agua solo distinguió una luz al fondo.
Llegó al comienzo de una entrada, de piedra completamente blanca (supuso, y más tarde supo, que era mármol), cubierta, y por ella caminó hasta entrar en una gran casa.
El interior estaba caldeado gracias a una gran chimenea que había frente a la puerta. Todas las paredes estaban cubiertas de madera hasta la mitad, y el resto pintadas con colores amarillos de distintas tonalidades. Su color favorito.
Cerca de la chimenea, un gran butacón púrpura, y junto a él una mesa, sobre la cual halló una carta lacrada con una J por sello, y una rosa roja.
Cogió el sobre, lo abrió, y la carta decía esto:
''Querida Elena,
Mucho tiempo llevo esperando esto, y supongo que tú también. Pero antes tendrás que demostrármelo. Sigue las instrucciones que halles en los sobres que he dejado por toda la casa, y así me encontrarás.''
Al leer aquellas palabras, la muchacha quedó un tanto sorprendida. Esperaba una carta con explicaciones, pero no aquello... Aún así, siguió leyendo:
''Ahora vuelve a salir, y pídele al cochero que te entregue la siguiente carta, y dile que ya puede marcharse.''
Y así lo hizo. Recorrío todas las estancias de los dos primeros pisos, y con cada sobre encontraba una rosa roja. Llevaba ya unas 20 en los brazos, cuando encontró un nuevo sobre, este en mitad de los escalones que conducían al 3º piso.
'' Ahora dirígete a la puerta que encontrarás abierta, y asómate por la ventana que encuentres frente a ella, también estará abierta. Deja las rosas en el jarrón que hay junto a la ventana, y así las podrás disfrutar más tiempo. Pronto nos encontraremos.''
La muchacha ya estaba ansiosa por saber quién jugaba con ella de aquella forma, aunque tenía una ligera sospecha de la persona que podía hallarse tras todo aquello.
Entró en una gran sala, a la izquierda otra gran chimenea, en el centro una inmensa alfombra granate y negra, y a la derecha una mesa con la cena servida, humeante, e iluminada por grandes candelabros dorados.
Se acercó a la ventana, y poco le importó la llovizna sobre su cuerpo.
Bajo la ventana, frente a ella, una gran extensión de hierba, iluminada por varias antorchas. Se fijó en que tenía escrito con flores de diversos colores:
Ha merecido la pena
J
Justo en aquél momento, notó unos brazos fuertes rodeando su cintura, un torso musculoso tras su espalda, una mano apartando su cabello y, finalmente, unos labios besando su cuello.
Cuando Jonás la soltó, Elena se giró y ambos se fundieron en un beso que, si en su mano hubiera estado, habría durado hasta el final de los días.
Tras aquél beso, el joven cogió a Elena de la mano, y la condujo a la mesa:
-Mi amor, estás preciosa. Cenemos, debes estar hambrienta.
-No, antes me debes unas cuantas explicaciones.
-De acuerdo, te lo contaré todo, pero tú come, no has comido nada en todo el día.
Tras explicarle cómo había llegado al puesto de coordinador de operaciones, Jonás le contó esto:
-''Pensé que, cuando me dijiste que te casarías con aquél bastardo de duque, no te vería jamás. Pero recordé mi nuevo cargo, y decidí que mi parte del botín (perdóname por hablar de ti como de un objeto, amor) serías tú. Planeé el secuestro, pero mis chicos son bastante bestias.''
-Vale, lo comprendo. Pero, ¿por qué aguardar tanto tiempo?
-''Todo el mundo te buscaba, el duque había contactado con todas las guardias del país, y en todos sitios veía carteles con tu descripción y una recompensa para aquél que te encontrase. Decidí esperar hasta que todo se calmase, pero solo faltaba una semana para hoy... Y bueno, hoy es ESE día, el día que tú y yo abrimos nuestros corazones. El día que nuestro amor se consagró por siempre jamás. El día más feliz de toda mi vida''.
-¿Y qué has pensado hacer ahora? No podemos regresar, me reconocerán y tendré que volver a casarme con él.
- Despacio, pequeña, más despacio. Si te gusta la casa, viviremos aquí. La mandé construir con ese fin, así que es tuya... Es nuestra.
[...]
Pasados los años, cuando Elena ya estaba muy enferma, en la cama, Jonás le preguntó a su mujer:
- ¿Por qué me dijiste aquella noche que nunca me darías un último beso?
-Porque darte el último significaría no darte ninguno más. Como no quiero que eso ocurra, nunca te daré un último beso...
Forgiven Princess
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8 comentarios:
¡Qué bonito el final! Me ha gustado mucho el último trozo. Un relato lleno de romanticismo y esperanzas.
Un beso!
Lara V.:
Gracias :) La verdad es que cuando terminé la segunda parte iba perdida, no sabía por donde continuar... En fin.
Un besazo!
Genial el relato!Me ha gustado mucho.
Olivia:
Bienvenida y gracias! Me alegro de que te halla gustado.
Un beso!
Cari, pero pq Elena esta muy enferma de mayor... siempre es al reves, jaja El hombre se muere antes.
en fin, el cuento es precioso, pero a mi me sigue sin gustar el nombre, jaja y creo que era mejor el mio, pq al final Jonás se la queda ¡por cojones! jjaj
bezos
Iago:
Teniendo en cuenta que lo ambienté en la época victoriana (fallo grave que cometí y no os lo dije), da igual... Mueren todos xD
Ahora ya no le voy a cambiar el nombre, jejejeje
Un besazo!
Que bonito el final, y sobre el resto, también muy interesante, aunque nuse, me esperaba otra cosa, no me preguntes porqué. La verdad es que Jonás se comportó como un cobarde al esperar tanto tiempo para reunirse con Elena, debería haber luchado para tenerla antes, pero bueno, lo tuyo es más original.
Ahora, a empezar otra jajaja. Saludos
David:
Me alegro que te halla gustado. Si te digo la verdad, no sabía como seguirla, dejé parte tras parte que mi imaginación volara. Me arrepentía más tarde, porque no tomaba el camino qu yo quería, o no el que quería conscientemente... Pero bueno, así es la escritura :)
Ya he colgado otra jeje.
El problema de luchar por tenerla, sería que lo habrían borrado del mapa nada más empezar. No es que en la época victoriana fueran corteses con todo el mundo, y mucho menos un campesino sabía luchar...
Un besote!
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