Ellos y los 4 elementos

Llegan corriendo bajo la luna, por la orilla. Ella le da caza, y caen. Tumbados sobre la arena, ríen hasta perder el aliento.

Él la mira, ella lo mira, y no hay nada más allá. Ríe de nuevo, divertida, porque él no deja de mirarla. Le pregunta por qué, y él sonríe.

Ella gira la cara, y nota el pecho de él sobre su espalda, sus brazos rodeando su cintura, su cabeza junto a la de ella.

En frente el mar ruge, como fiera inmensa e incansable, y ella piensa en que, por muy fiero y grande que sea, nunca podrá conquistar la tierra o el aire. Nunca podrá conquistar sus almas. Nunca podrá amar, ni echar de menos.

El aire con olor a salitre les trae gritos ya silenciados, y juguetea con sus cabellos. Él se acuesta y, mientras miras la noche estrellada, un escalofrío recorre su cuerpo. Ella se tumba junto a su amado, y lo rodea con los brazos. Siente su piel fría por la brisa del mar.

-¿En qué piensas?- pregunta él.

-En que realmente, la bravura del mar no le lleva a nada. Sabe que existe un límite, y que nunca conseguirá pasar de allí. Está condenado a existir eternamente, hasta que este planeta desaparezca, y nunca podrá pasar de ese límite. Tiene que ser realmente duro. Creo que por eso, de vez en cuando, embiste contra la tierra. Necesita demostrar que, aunque tiene un límite, sigue siendo el más bravo de todos los elementos.

-¿Sabes qué? Yo no creo que sea el más bravo. Mira el fuego. Es destructivo, rápido, y mortal. Sí, bueno, está claro que debe extinguirse. Sin embargo, el motor del mundo, la chispa de la vida, el origen de todo, es el fuego.

-Ya, pero... No sé, a mí me parece que el fuego es el más débil de los elementos. Por ejemplo, el aire es capaz de erosionar igual que el agua y el fuego, y lo que erosiona es la tierra. Por eso, el aire sería el más fuerte, ¿no?

-Sí, bueno... Pero la tierra es vital para que el agua no se evapore con el calor del fuego, o para que el aire tenga razón de ser.

-Hagamos una cosa... Comprobémoslo. Veamos qué es más fuerte. Fuego, aire, agua o tierra.

Ella fue a la orilla, y cogió un poco de agua en un tarrito de plástico. Él cogió una de las velas que tenían alrededor, y recogió un poquito de tierra encima de un trozo de cartón.

Arrojaron agua sobre el fuego, y este se consumió. Entonces, echaron la tierra sobre las gotitas de agua, que se empaparon rápidamente en ella formando un poco de barro. Y él le dijo a ella:

-¿Ves? Te lo dije, la tierra es más fuerte.

-Bueno, espera y verás.

Esperaron toda la noche, y poco a poco, el barro se fue secando, y escamándose. Ya amanecía, y ella lo despertó.

-Hey, observa, y sacaremos conclusiones más tarde.

Y, acercando la vela a su rostro, comenzó a soplar las escamas de barro, que fueron cayendo poco a poco al suelo.

-¿Y bien? ¿Cuál es el elemento más poderoso?

-Pues... Supongo que el aire. ¿Cómo lo supiste?

-Bueno, un viejo dicho dice que las prisas nunca son buenas, y otro que Roma no se hizo en un día. Si esperas el momento adecuado, si sabes hacerlo, lograrás aquello que te propongas. En eso se basa el poder del aire. No es tan duro como la tierra, tan bravo como el mar o tan agresivo como el fuego. Sin embargo, poco a poco consiguió vencerlos a todos.

Forgiven Princess