27.6.08

Diario de Andrés (II)


2 de febrero de 1955

Hoy partiremos de nuevo hacia el pueblo. Ya está todo recogido y guardado.
Ahora cerraré la puerta de la casa, y todo habrá terminado. Tal vez dentro de unos años venga aquí a vivir... Sí, seguramente venga. Al fin y al cabo, a mi esposa no le falta mucho para morir, y la pequeña Rosalía tendrá que vivir con su tía, no soy capaz de cuidar tan hermosa criatura yo solo, ahora que mi querida Julia ya no está entre nosotros - Dios la acoja en su gloria-. (¿¿¿¡¡¡que QUÉ!!!??? ¡Será hijo de la gran puta! ¡Casado, con una niña y una esposa moribunda, y se echa novia y se fuga a la montaña con ella! ¡Y se la come! Es... increíble, hasta qué extremos puede llegar la locura del ser humano, pensó Sofía) y ya no tendré a nadie que me retenga allá abajo. Montaré un buen negocio, y en cuanto prospere subiré y viviré del producto del negocio. Bueno, parezco la niña del cuento de la lechera, basta por hoy.


19 de mayo de 1955

Oh, Dios, hacía mucho tiempo que no escribía, pero hoy no he podido sino hacerlo. Hoy la vi en sueños. Las vi a las dos. Oh, Señor,¿ por qué me atormentas? Vi a mi pequeña Julia, dormida junto a mí en el lecho que compartíamos allá en la montaña, y al instante siguiente solo abrazaba sus huesos, roídos y con restos de carne y sangre. Y allí estaba ella. Desde una esquina, Nerea me penetraba el alma y la hacía estallar con su mirada imperturbable. Cielos, creí morir del miedo. Intentaré dormir de nuevo, solo era un sueño... Oh, ya pasó.


29 de junio de 1955


He ido al médico, pues mi estado de salud ya no es ni un asqueroso recuerdo de lo que fue. No tengo fuerzas, las ojeras me oscurecen mi bella cara, cabeceo mientras conduzco y trabajo. Me ha dado unos calmantes, y me ha recomendado que haga vida normal.
Pero no puedo, Señor, sus ojos me persiguen en sueños. Anoche la pesadilla, como tantas otras noches, me atormentó, y dormí solo 3 horas. Moriré pronto si continúo con este ritmo de vida...


(...)

7 de octubre de 1955


Ya llevaba meses sin soñar con ellos, pensé que me había librado de esos sueños, pero ayer volvieron.
Esta vez me acompañaba en la cama Nerea, en lugar de Julia, y, reflejados en un espejo, parecíamos una feliz pareja.¿Será que nunca amé realmente a Julia? ¿Tal vez mis sentimientos por la chica de los ojos grises se reflejaron en su amiga? Oh, Dios, ayúdame, estoy enamorado de una muerta...


(...)

27 de noviembre de 1958

¡Lo encontré! Había perdido este pequeño diario, y no pude continuar escribiendo sobre esa pequeña hija del cielo, mi amada Nerea. Ya tengo claro que la quería a ella, y no a Julia. su carne supo mejor, al matarla creí sentir el mayor placer que el ser humano pueda sentir... Oh, qué gran sensación la de acariciar aquella nívea piel, fría y suave, erizada por el contacto de mis manos... No era digno de ella, no, pero qué sentimientos recorrían mi cuerpo, en oleadas de escalofríos y calor.... Oh, Padre, gracias por permitir que me siga en sueños.


(...)

30 de enero de 1960

He decidido mudarme a la montaña, para estar cerca de los restos de mi amada. Mi negocio ya es bastante productivo, y un chico del pueblo se ha ofrecido a subirme cada semaa la comida y la bebida que precise para no tener que bajar de nuevo al pueblo. La gente aún habla de ellas, como si estuviesen vivas, pero sé que si me quedo aquí terminaré por hablar, pues me enloquecen sus divagaciones sobre osos y lobos. Además, mi esposa murió a comienzos de año. Ya tengo con quién dejar a Rosalía, que está hecha una preciosa adolescente (la niña bonita, como su madre, con quince años ya está hecha una mujer), y aprovecharé mi marcha para decir que deseo pasar el resto de mi vida alejado del lugar en el que murió la mujer que más amé , aunque esto sea falso...

No me quedan muchas páginas ya, así que solo escribiré en casos puntuales. Mi bello ángel abandonó mis sueños, y ahora solo los huesos de Julia me persiguen entre pesadillas. Ella solo aparece en contadísimas ocasiones, muchas menos de las que a mí me gustaría. La amo tanto... Seguramente el limpio aire de montaña me ayude con eso, me despejaré la cabeza y podré olvidar lo que pasó allí.


(...)

4 de marzo de 1973

Hoy se casa Rosalía, bajaré al pueblo para la celebración, pero no permaneceré allí mucho tiempo. Volveré pronto a casa, ya empiezo a odiar el estar entre una multitud de personas.

(...)

14 de julio de 1979

Hoy vino Mariano, el chico que me sube la comida, y mientras organizaba la comida me contó que mi pequeña Rosalía ya tuvo un niño. Le ha puesto Carlos, como le recomendé.
Me alegra que halla comprendido que el verla me recordaba a su madre, y que era innecesario que ambos sufriesemos por ello.
Bajaré a conocer al niño con Mariano, y después le pediré que me suba, así que no tardaré mucho, pues seguro que la casa de mi hija está llena de gente, y detesto estar rodeado de ella.

Cada vez veo menos a mi niña preciosa. Mi ángel, mi amor. Aún recuerdo su piel entre mis manos, el sudor frío que empapaba su cuello helado aquella noche, cuando la encontré en la cueva.
Ahora me viene a la boca el sabor de su sangre, de su carne.
Y sus ojos. Cuando me siento débil, busco en mi mente esos ojos. Acero puro, así eran. Preciosos sin duda, como toda ella. Era una ninfa, una mujer superior al resto... No podía continuar entre la masa de seres inútiles que puebla la tierra, tenía que subir más alto... Tenía que subir al cielo.


(...)

24 de noviembre de 1981

¿Y mi ángel? ¿Dónde está mi ángel? Mi bella Nerea, ya no me visitas por las noches. Solo los huesos de Julia, Dios, ¿por qué no me muestras a mi amada? ¿Por qué no la permites acudir a mis sueños para alegrar mi descanso y apaciguar mi mente?

(...)

13 de noviembre de 1998

Hoy ha subido Carlos a visitarme. Tengo mucha confianza con ese crío. Siempre me pareció más inteligente que el resto, así que supuse que él comprendería mi historia. Hoy se la conté y, tal como esperaba, comprendió que no teníamos ninguna alternativa. Qué gran peso me he quitado de encima. Hemos hablado largo y tendido sobre el tema, y después me ha dicho si podía venir a pasar las navidades con unos amigos. Creo que aceptaré, no me vendrán mal manos jóvenes para acarrear la leña y limpiar, ahora que se acerca el invierno. Ya estoy mayor, muy mayor, y aunque conservo parte de mi agilidad, no estoy tan bien como hago creer. Se quedarán en la segunda planta... Cuántos recuerdos me trae esa planta. Allí enterré a mis chicas, y hace tiempo que no me detengo en ella más que para subir a mi habitación. Debo empezar a adecentar la casa, si no quiero que mis invitados se vayan en cuanto lleguen...

Hace años que me abandonaron las dos. Puedo conciliar el sueño casi siempre. Solo alguna noche, fugazmente, las pesadillas me asaltan y me impiden olvidarlas.


14 de noviembre de 1998

Ha sido un error limpiar la chimenea. Las pesadillas han vuelto. Solo he conseguido dormir una hora, y en ella la joven de los ojos grises se ensañaba con mi viejo cuerpo. Primero me golpeaba, y después despedazaba mi cadáver, como yo hice con ella. Y sus ojos... Sus ojos me han aterrorizado, Señor. Los mandaba el diablo, desde el mismísimo fondo del infierno, para cortarme el alma en mil pedazos y congerlarlos con un a sola mirada. Hoy los he visto más furiosos y agresivos que el día que ella murió, si eso es posible. Han estado tanto tiempo sin aparecer, que me parece que han estado todos estos años acumulando odio para atacarme en sueños.

24 de noviembre de 1998

Hoy era el cumpleaños de mi nieto, Carlos, pero no he bajado a celebrarlo con ellos. No tenía ganas de bajar a ver a todos esos muchachos, me vuelven loco con su alegre parloteo. Además, he visto que dos de ellas son homosexuales, oh, Dios, el infierno en mi propia casa. Perversión y sodomía bajo mi techo.

Además, estoy agotado por esas dichosas pesadillas. Anoche ambas aparecieron completamente desnudas, y cuando me disponía a amarlas, sacaron unas largas espadas (siempre amé las armas blancas) y me ensartaron en ellas. Los fríos filos de sus armas, acompañados por la visión de sus ojos... Sus acerados ojos grises, que me rebanaban el alma mientras Nerea y la pequeña Julia hacían lo propio con mi cuerpo. Estoy seguro de que esta vez no se marcharán.


(...)

26 de diciembre de 1998

Hoy he visto a una de las chicas cuando he bajado a cenar. Es una pelirroja, muy blanquita... No sabía a quién me recordaba hasta que, cuando se giró para sonreírme, vi sus ojos.

Grises como las nubes de tormenta, fríos aún mientras sonreía.

Eran como los ojos que descolocan mi mente y me hacen perder la salud a marchas forzadas. Como esos de los que me enamoré sin saberlo, que amé durante tantas noches, y que ahora asesinan mi alma y mi sueño noche tras noche.

La muchacha tenía los ojos de Nerea. Y ese pelo... Siempre se ha dicho que los pelirrojos traen mala suerte, que son de mal agüero. No me ayuda nada, cero que es un heraldo de mi muerte, que se aproxima... Y ese color, rojo... Padre, ¿no me destinarás a los infiernos el resto de la eternidad? No, ¿verdad?

29 de diciembre de 1998

Anoche esos ojos endemoniados volvieron a torturarme. Ahora se les ha unido la pelirroja. Esa pequeña hija de Satán me recordaba todo el rato ''las mataste, las mataste''. Incluso cuando estoy despierto, su voz martillea mis oídos, siempre repitiendo lo mismo. No puedo permanecer mucho tiempo en la misma habitación que ella, me acabo desquiciando... Oh, Dios, vas a conseguir que me vuelva loco, por culpa de esa niña.

30 de diciembre - Madrugada del 31 de diciembre de 1998

Acabo de subir, estaba repasando las cartas de mi amada. ¡ESPERA! Están abajo.
Acabo de bajar a cogerlas, pero la muchacha del demonio está allí. Creo que es la novia de uno de los muchachos, si no me equivoco la del nieto de Ángel Loira... Tendré que despertarlos, a él y a Carlos. Ambos conocen la historia, si no tengo mal entendido, y ahora el resto suponen un peligro para mí y para mis compañeros. Si la muchacha les cuenta la historia, estoy perdido. Hay que tomar medidas, y rápido. Por fin la vieja escopeta de mi padre disparará contra alguien.



Sofía se lo enseñó a sus compañeros de búsqueda, y decidieron que la buscarían por la montaña. Muchos grupos de voluntarios los ayudaron a dar con la joven, a la que encontraron muerta en una cueva, con unas hojas de libreta dentro de la chaqueta.

El aterrador documento fue mostrado a la policía, pero no a las familias. Era demasiado retorcido para que ningún humano de buen corazón desease que un hombre como aquél hubiese tenido una tranquila y larga vejez (Andrés murió con 78 años cumplidos).

Fue archivado en el mismo cajón que el resto de pruebas del crimen, que fue denominado ''Caso Villavieja''.

El sonado asesinato múltiple fue comidilla de la comarca durante años, y tanto la familia Villavieja como la familia Loira se vinieron a menos con el paso de los años (nadie quería adquirir productos o utilizar servicios que provenían de asesinos).

Los compañeros de Villavieja, cómplices del asesinato de Nerea y Julia fueron encerrados en prisión, donde pasaron un corto período de tiempo antes de morir.

Los restos de ambas muchachas fueron trasladados a un pequeño panteón que pagó la comunidad creyente de la zona, pues todos sabían de la ferviente fe de las muchachas.

Al contrario, los cuerpos de los muchachos asesinados por Loira fueron cremados todos, y sus cenizas se esparcieron junto a las de Maite en la cueva en la que esta murió.

La Finca Villavieja fue abandonada, hasta que un rico alemán se trasladó a ella (nadie le explicó nunca la trágica y horripilante historia de la casa).

Forgiven Princess

P.D. Perdón por la extensión, pero no tenía ganas de hacer otra parte, ya me parecía excesivo hacer tantos post para lo mismo...

P.D. 2. Si consigo que Blogger me deje ponerlo de una vez, esta parte del relato Y ahora ¿Qué harás?, está especialmente dedicada a Lara V., por ser ella quien ''dejó caer'' que sería interesante ;)

3 comentarios:

BIRA dijo...

plas, plas, plas, plas.

Muy bien, Princess. Te confieso que la parte que más me ha gustado de todo el relato ha sido el diario de Andrés. Sólo ponerte una pequeña pega (sólo una): no habrían prescito los delitos?

Por lo demás, no puedo más que felicitarte por tu imaginación, por tu forma de escribir, y por la historia que me ha parecido fantástica.

Un besazo y buen finde!

Lara Vergara dijo...

Coincido con Bira con que esta parte de la historia es la mejor, sobre todo por lo bien trabajada que está la psicología del personaje de Andrés. Me ha gustado muchísimo ver la evolución de este personaje, como sus fantasmas interiores le van mermando la salud poco a poco. Muy en la estela de Poe.
Enhorabuena por el relato, lo he disfrutado mucho^^.

Un beso!

Forgiven Princess dijo...

Bira:
¡Gracias! Una cosa... ¿Un prescito no es un condenado al infierno?
Si es prescrito... Digamos que, al hallarse el cuerpo del único dueño de la vivienda, no fue considerado hallanamiento. Además, las pruebas halladas (dado el lugar y las circunstancias) solo incriminarían a Maite como asesina, por lo menos hasta hallar residuos de pólvora en el cadáver de Eric, y como ella también fue hallada muerta... No sé, no me pareció necesario aclarar ese punto :D

Muchas gracias ;)

Un besote! E igualmente, buen finde!

Lara:
Me alegro de que te halla gustado, y ya que fuiste tú quién pidió el susodicho Diario, te lo dedico ;)
En fin, voy a dejar reposar mi pobre cerebro, que menudo tute de sangre y retorcimiento lleva el pobre (primero exámenes y después esto... flipa ^^)

Un besote!