A las madres

Bueno, como cada año, se acerca el primer domingo de mayo.

El día de la Madre.

Una fecha en honor a todas esas mujeres que, aunque trabajan como esclavas, parecen no tener un trabajo que no sea el que desempeñan a diario, profesionalmente.

Pero, ¿realmente esas madres solo trabajan fuera de casa?

Dejadme que os lo explique mejor.

Cuando eres pequeño, (voy a generalizar, esto no quiere decir que no hayan padres que lo hagan, que los hay, afortunadamente) tú no puedes defenderte, no puedes enseñarte, no puedes cuidarte... Por eso tu madre te limpia las heridas cuando vuelves del parque, te da una ducha, te prepara un vaso de leche calentita por la noche antes de dormir, y se acerca con dulzura para acomodarte las mantas y besarte para que pases una feliz noche.

Cuando, entre sudores, despiertas de una pesadilla, tu madre siempre se acerca a ver si todo va bien, e incluso se queda contigo hasta que vuelves a conciliar el sueño.

Ésto se va perdiendo a medida que nos hacemos mayores, y sin embargo, si mi madre no me da mis buenas noches parece que me falta algo. ¿A vosotros no os pasa?

Es el rastro de nuestra época infantil, de la dependencia prácticamente total que sentimos hacia nuestras madres.

Y también sabemos que si necesitamos algo, ellas estarán ahí, para ofrecernos ayuda en todo lo que esté en su mano, y a veces casi que en lo que no está también.

Sin embargo, nosotros, como hijos, muchas veces ignoramos lo necesario que es para las madres un abrazo, un beso de sus hijos.

Ellas también necesitan de nosotros, pero como son seres tan gentiles y altruistas, no se pasan el día recalcándonos que no les damos besos, sino que se limitan a callar y a estar ahí, a ofrecernos su ''vida'' incondicionalmente, porque son nuestras madres. Simplemente por eso.

Por eso necesito reconocerles la dignidad y el honor con el que hablo de las madres. Porque, tal vez un día yo lo sea, y sé que daré besos de buenas noches, velaré por pesadillas, aprenderé junto a un niño a descubrir su perspectiva del mundo... Y tal vez, solo tal vez, consiga hacer sentir a mi hij@ lo que siento yo por mi madre.

Un profundo respeto, un amor incondicional, un honor tremendo al hablar de ella, un gran orgullo al hablar de lo que hace, de a qué se dedica, de como consigue mantenernos a flote día tras día, año tras año... Porque siempre está ahí.

Tal vez consiga hacerle sentir que las madres, más que madres, son heroínas.

Forgiven Princess

P.S. ahora... ¿¿alguien me dice qué puedo regalar a la mía??

Help, please, help!