Hoy me despierto con tu nombre aleteando en mis labios, como una mariposa que me besa suavemente. Un "buenos días" silencioso colgado de mi oreja me ensordece con su escandalosa ausencia, y tu aroma, que impregna mi almohada y mi razón, llena mi nariz... Mis ojos están tristes por no contemplarte contra este gris amanecer, y mis manos ansían el tacto de tu piel entre mis fríos dedos.
Mi taza de café humea junto al teclado, y aún no tengo muy claro cómo voy a vestirme hoy, pero tenía que escribir. Aunque fuera no, en mi mente el cielo es azul, y anuncia que ya es martes, y que el viernes está cada vez más cerca. Tus dedos se enredan entre los rizos de tu pelo, y sonríes, siempre sonríes. ¿Te he dicho ya que me encanta tu sonrisa?
Buenos días, princesa.
Forgiven Princess
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