17.6.11

19-Junio-2011

Estamos plantados en plena crisis del ideal post industrial capitalista. Nuestras posesiones, nuestros títulos, nuestra propia vida está sujeta a parámetros que no elegimos y que nadie nos consultó jamás. El valor de nuestro dinero, o de nuestra formación, lo determinan especuladores a nivel internacional que no se paran a mirar siquiera qué es aquello con lo que tan alegremente juegan.

Y mientras tanto, el pueblo ha pacido tranquilo y manso en los verdes prados del capital, de los préstamos sin avales, del crecimiento económico basado en un modelo insostenible que "nos hacía ricos". Ha comido y bebido del boom inmobiliario, del empleo fácil y rápido, del pan para hoy sin pensar en el hambre de mañana.

Así en pleno siglo XXI, la gran mayoría de los trabajadores mayores de 40 años carece de una formación actualizada que los haga aptos para los empleos que se crean hoy día. Así mismo, los jóvenes que otrora abandonaran sus estudios para ganar dinero rápido sin tener que pasarse 7 u 8 años más de su vida "puteados" estudiando, ahora vuelven con el rabo entre las piernas a un sistema educativo que ha sido vejado hasta un extremo que hace creer más en el proyecto "des-educativo" y en la mercantilización del conocimiento que en una formación íntegra, plural y humanista, es decir, una educación que forma(ba) profesionales Y personas. Y si no vuelven a la educación, van de contrato basura en contrato basura, pasando de 600 a 800 a 700 a 400. Eso si tienen suerte.

¿Por qué nos quejamos de algo que hemos fomentado nosotros mismos? El modelo español económico era más, como dice el genial video "Españistán", ser "El Pocero" que ser "Bill Gates". Esto quiere decir: hacerme rico como un cochino a expensas de los demás. El problema de esto es que ahora, con un paro del 20%, no hay un sector poblacional preparado para asumir las riendas del cambio de modelo económico porque, simplemente, se dejó llevar por la tendencia a seguir en el momento.

Ahora tenemos nuestros fantásticos miles de pisos carísimos VACÍOS. Nuestras fábricas haciendo EREs a punta pala porque en un momento de crisis se aprovecha para exprimir un poco más del maravilloso jugo que es el sudor de la frente del trabajador para así enriquecer más a quien ya es obscenamente rico.

Y el gran problema de esto es que el sector que debería proteger el interés del trabajador piensa más en la mona de Pascua que en lo verdaderamente importante: el pueblo SOBERANO. El pueblo que teme a un gobierno que debería ser quien temiese al pueblo elector. Pero no, ¿por qué tomar las riendas que legalmente se otorgan al pueblo si se está cómodo quejándose sin hacer nada?

Nietszche hablaba de esto (o al menos así me lo parece a mí, que juzgo como novata filósofa) en la fábula del camello, el león y el niño. En España arrastramos la fase del camello hasta el final de la dictadura franquista. ¿Por qué digo esto? Porque quitando las dos breves Repúblicas españolas, hasta 1976 los distintos entes poderosos en nuestro país se pasaron por el forro (hablando mal y pronto) el interés y el bienestar del pueblo.

Llegamos a la "fabulosa democracia", con un monarca impuesto por un régimen dictatorial. Que sí, que renunció a sus poderes. Que sí, que es campechano que te cagas. Sigue siendo alguien puesto a dedo sin tener que probar su capacidad, y cuya figura es incuestionable e intocable a día de hoy. Una vez más, el pueblo ha de temer a quien le gobierna, y no al contrario.

Con la llegada a esta democracia, empieza la fase del león, en la que sigue estancada la gran mayoría. Esta fase es la de quejarse de todo lo anterior, y hacer trizas todo lo que se ha arrastrado hasta el momento en la joroba del camello. Es decir, mucho ruido y pocas nueces en cuanto a cambio. Esto me recuerda taaaaanto al discurso de la derecha "moderada" española del "hay que cambiar el sistema", a lo que se le pregunta "¿cómo?" y responde "pues cambiándolo".

¿Por qué mantener algo que ha llegado a ser una farsa en gran parte? No me entendáis mal, yo soy totalmente demócrata, y es por eso que me jode tanto que se desdoblen los organismos públicos (si ya elegimos un puñetero parlamento para que haga las leyes, ¿por qué tiene que haber otro maldito grupo de personas puestas a dedo que ratifique lo que los representantes ELEGIDOS POR EL PUEBLO han decidido?), que se alimente eternamente a aquellos que trabajaron 4 años, si es que llegaron a ser 4 los años de su mandato, que se permita la colocación de los favoritos de los altos dignatarios sin necesidad de prueba de su valía, etc. etc. etc.

Aristóteles dijo una vez que la democracia es el menor de los males. ¿He de recordar que en la época de Aristóteles cualquier hombre libre y ciudadano era su propio representante en el gobierno? Vale, es utópico pensar que se puede organizar un modo de gobierno similar a aquel hoy día. Pero sí se pueden mejorar aspectos que se han pervertido del teórico modelo ideal de gobierno. Se puede mejorar la ley electoral (ley D'Hont) que hace que un voto no valga lo mismo según a quien se vote. Se puede mejorar el control del gasto público en mantenimiento de diputados, senadores, concejales, alcaldillos de tres al cuarto, consejeros y presidentes de generalidades y diputaciones varias. Se puede mejorar la trasparencia, y se puede mejorar la información que llega al ciudadano de a pie.

Y ante todo esto, ¿qué hacemos? ¿Seguimos con el discurso del odio, con el conformismo de la masa aborregada, con el insoportable "run-run" del "son unos incompetentes, no hacen su trabajo", con la boca llena de decir "eso eso, seguid luchando por mí mientras yo me esclafo en el sillón con la tele y el aire puestos"? ¿Hemos de proseguir en nuestra búsqueda de un estado de bienestar mayor que nos venga dado por una iluminación divina a los gobernantes a los que hemos dejado sin control ninguno?

Ya ha llegado la hora del cambio. 5 siglos de camellos y leones han sido más que suficientes. Ya está bien de crítica y queja estériles. Ya está bien de sembrar el odio contra lo que uno mismo ha fomentado con su falta de compromiso con la responsabilidad que se le otorga. Ha llegado el momento del niño. De mirar el mundo desde unos ojos puros e inocentes. De juzgar las cosas tal y como son, sin la aversión enraizada y añeja de la sociedad hacia sí misma.

Por eso, este domingo aprovecha, levanta tu puto culo del sofá o de la silla del escritorio, sal de casa y manifiéstate por tus derechos. Porque lo que está en juego a partir de ahora es tu futuro, son tus derechos, es tu vida, y por eso esta es tu lucha. No pienses que otros la librarán por ti, porque no lo harán.

Pelea por ti, por los tuyos, por todos. Porque ahora nos podemos hacer oir y no puedes dejar pasar la oportunidad.

EL 19 DE JUNIO TOMA LA CALLE.


Forgiven Princess

3 comentarios:

Fotos Antiguas de Mallorca dijo...

Buena entrada querida. Tiene usted más razon que un santo o santa en su caso. Y el 19 yo tambien saldre a la calle, aunque este movimiento ya se ha embrutecido por los mismos de siempre. Veremos..

Por cierto, cambie el fondo o el color de la letra, es dificil de leerla.
Un saludo!

Miguel Ángel de Móstoles dijo...

Y yo también saldré.

Allek dijo...

Es un gusto conocer tu blog..
te dejo un abrazo!